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Ganan enfermedades con cambio climático

En el hogar. Acciones como como descacharrizar y eliminar los reservorios de agua podrían tener resultados más efectivos que cualquier política pública contra estas enfermedades. (Foto: Jorge Alberto Mendoza)

Lidiar con zumbidos y picaduras de mosquitos durante los últimos meses del año ya no resulta tan extraño.

Fenómenos relacionados con el cambio climático, como el incremento de las lluvias y el alza de las temperaturas que se han registrado en los últimos años en Jalisco, propician una presencia más prolongada de estos insectos, así como su aparición en localidades en las que antes no eran capaces de sobrevivir.

Por añadidura, se han expandido tanto la distribución como los periodos de actividad de las enfermedades transmitidas por vectores, es decir, aquellas en las que organismos vivos, generalmente insectos, fungen como canales de transmisión entre portadores, ya sean personas o animales.

La Zona Metropolitana de Guadalajara es claro ejemplo de este fenómeno. La capital del estado y sus alrededores concentran la mayoría de los 4 mil 4 casos de dengue clásico y los 190 de dengue grave (hemorrágico) registrados por el Sistema Único de Información para la Vigilancia Epidemiológica al corte del primero de diciembre del año pasado.

Tan sólo en la última semana de noviembre, es decir, en la recta final del otoño, se reportaron 278 casos.

"Las enfermedades transmitidas por el mosquito Aedes aegypti antes nada más las veíamos en la costa. Hace 10 años, en 2008, empezamos con brotes de dengue en la Zona Metropolitana de Guadalajara, y a partir de ahí los casos se han venido presentando con más frecuencia; en 2009, tuvimos un brote bastante importante. La zona metropolitana, por las características que tiene ahora, con temperaturas más altas cada año, provoca que los mosquitos se reproduzcan más rápido”, explicó la doctora María Isabel Higuera Torres, del departamento de Vectores y Zoonosis de la Secretaría de Salud Jalisco (SSJ).

Con ciertas particularidades, el panorama es similar en todo el estado. En 2017 se registraron casos de dengue en las 13 regiones sanitarias en las que se divide la entidad, y durante 2018 sólo la región que tiene sede en Colotlán, y que aglutina a 10 municipios de la zona norte, se mantuvo exenta de problema.

“En el Aedes aegypti sí se ve un cambio franco. Antes se encontraba solamente en lugares con altitudes bajas y temperaturas cálidas; ahora también lo encontramos en lugares fríos más hacia la sierra, en Mazamitla, por ejemplo, pues aunque aún hace frío, también ha variado su temperatura”, afirmó la especialista.

La enfermedad de chagas, transmitida por triatomas (o chinches hociconas); el paludismo, que se propaga a través del mosquito Anopheles; otras afecciones asociadas al Aedes aegypti, como el Zika e, incluso, enfermedades no transmisibles como la intoxicación por picadura de alacrán, son otras afecciones que se fortalecieron o se presentan con más frecuencia como consecuencia de las variaciones climáticas.

El primer caso de padecimiento por virus de Zika del que se tuvo conocimiento en la entidad salió a la luz en enero de 2016; al cerrar 2018, en Jalisco se habían contabilizado 257 enfermos de este mal.

Otros factores

Aunque las variaciones de temperatura asociadas al cambio climático juegan un rol importante en este fenómeno, otros factores demográficos y sociales también juegan un papel determinante.

“Además de los problemas medioambientales, en la transmisión de patógenos también influyen los viajes, el comercio mundial y la urbanización no planificada; los cambios en las prácticas agrícolas debidos a las variaciones de la temperatura y las precipitaciones pluviales pueden influir en la propagación de enfermedades transmitidas por vectores. El crecimiento de los asentamientos urbanos sin un suministro fiable de agua corriente ni sistemas de gestión de desechos sólidos pueden poner a grandes poblaciones urbanas en riesgo de padecer enfermedades víricas transmitidas por mosquitos”, alertó la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2017.

El combate empieza en casa

Ante las nuevas circunstancias que plantea el cambio climático, las instancias internacionales y locales han emprendido acciones para aminorar los impactos de enfermedades como dengue, zika y chikungunya.

Si en 2017 la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió el documento denominado Respuesta mundial para el control de vectores 2017-2030 a manera de guía para fortalecer las acciones de control por parte de Estados miembros, en 2018 la Secretaría de Salud Jalisco (SSJ) determinó incluir estas medidas en el apartado de adaptación del Programa Estatal de Acción ante el Cambio Climático (PEACC).

“¿Qué tenemos que hacer? Pues empezar a adaptarnos a la situación climática. La situación no se puede revertir, pero podemos luchar. Tenemos que hacer más intensivas las campañas de prevención, porque el incremento de la temperatura definitivamente sí es determinante para tener mayor número de vectores”, expuso la doctora María Isabel Higuera Torres, del departamento de Vectores y Zoonosis de la SSJ.

El fortalecimiento del monitoreo entomológico, el reforzamiento de las acciones de eliminación de criaderos y la generación de diagnósticos de vulnerabilidad son algunas de las medidas tendientes al control de vectores incluidas en el PEACC; no obstante, para que estas medidas de contención lleguen a buen puerto, se requiere de un elemento central muchas veces carente: el involucramiento de la ciudadanía.

Por ello, Higuera Torres insistió en que acciones tan simples como como descacharrizar y eliminar los reservorios de agua podrían tener resultados más efectivos que cualquier política pública en la materia.

“Tenemos que mejorar completamente los hábitos de la población para que no haya criaderos. Todo lo que tiene que ver con saneamiento básico está en manos de quien vive en la casa, pues la mayoría de los vectores se están reproduciendo y se refugian de manera intradomiciliaria. En una colonia en donde todos trabajan en controlar y eliminar criaderos, la gente no tiene riesgo de enfermarse en ese lugar”, concluyó.

Chikungunya

El primer caso de fiebre chikungunya detectado en Jalisco ocurrió en junio de 2014

Se trataba de una mujer residente de Tlajomulco de Zúñiga que había viajado poco antes al Caribe

A más de cuatro años del hecho, los registros estatales sobre la enfermedad contabilizaron 23 casos durante 2018

da/i