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El factor Lagrimita el 7 de junio

Lagrimita salió más político que muchos de nuestros políticos, no obstante que se registró como candidato independiente a la presidencia municipal de Guadalajara. Y ya lo veremos el próximo domingo, día de la jornada electoral.

Y es que a ver quién se traga su argumento de que fue mera coincidencia la aparición de su propaganda-publicidad en parabuses y espectaculares días previos a que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación emitiera la resolución a su favor para que sea registrado como aspirante a la alcaldía tapatía.

Como tampoco fue coincidencia que mientras su caso estaba en manos del tribunal electoral, Lagrimita y Costel realizaban una gira con su circo por diversas colonias de Guadalajara como una forma de hacer campaña sin registro.

Hasta donde se sabe, el tribunal electoral ordenó el registro de Lagrimita por no habérsele dado la oportunidad de ser escuchado ante la decisión del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de negarle el registro ante la falta de mil firmas, pues supuestamente algunas de ellas no cubrían los requisitos de ley.

Hay quienes consideran que hay mano negra en la postulación, primero, y ahora en el registro del personaje que interpreta Guillermo Cienfuegos. Yo no tengo elementos para afirmarlo, pero tampoco para negarlo, de ahí que no creo en aquello de que fue coincidencia la aparición de la propaganda de Lagrimita y la posterior resolución del tribunal.

Pero todo eso ya es un hecho consumado y tendremos a Lagrimita en las boletas electorales, aun cuando para ello se tenga que gastar poco más de 2.1 millones de pesos extras.

¿Y qué significa, ya dentro del proceso electoral, que un personaje tan popular entre un importante sector de la población tapatía sea candidato frente a políticos consolidados como Enrique Alfaro Ramírez, Celia Fausto Lizaola y Alfonso Petersen Farah o ante quienes son candidatos a un cargo de elección por vez primera como Ricardo Villanueva Lomelí?

Primero, que existen altas posibilidades de que Lagrimita logre recopilar un gran número de votos de ciudadanos que aún no tienen definido el sentido de su voto; segundo, que el payaso se sumará a todos aquellos candidatos que serán beneficiados con el voto antiPRI; tercero, que junto con Beatriz García de la Cadena, por su popularidad gracias a la televisión, podrían captar sufragios que quizás podrían haberse ido hacia el candidato del partido Movimiento Ciudadano, Enrique Alfaro Ramírez, más que hacia Petersen y Fausto.

Pero no habría que perder de vista las razones que llevaron al tribunal electoral a ordenar le dieran a Lagrimita el registro como candidato, no obstante que no haya cumplido con los requisitos de ley como aseguraron las consejeras electorales, quienes acataron la resolución de los magistrados prácticamente bajo protesta, o sea, en total desacuerdo.

¿Por qué ordenaron el registro de Lagrimita y no simplemente que se le dieran los pormenores del razonamiento del por qué se le negó el registro, como dos días antes declaró el presidente del IEPC, Guillermo Alcaraz Cross, en una entrevista radiofónica, y que era que mil firmas del total entregadas no eran válidas?

Alcaraz Cross declaró tajantemente 48 horas antes de la resolución del tribunal que Lagrimita no aparecería en la boleta electoral. ¿Qué sucedió en ese lapso? ¿Por qué finalmente se le concedió el registro a  cuatro días de concluir las campañas?

No dudo que ésa era la estrategia: a un candidato como Lagrimita le basta una semana o cuatro días para sumar votos. No necesita más. Imagínense una campaña de 60 días. No era conveniente para un sistema de partidos como el nuestro.

Y es que lo que se juega es la capital del estado, no cualquier municipio.

ES TODO, nos leeremos ENTRE SEMANA.

 

DN/I