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Las campañas: un torrente de promesas electorales

Las campañas por la gubernatura son un hervidero de promesas. Al acercarse a la mitad del periodo para hacer proselitismo, tan sólo los tres candidatos que sobresalen en encuestas de intención del voto suman 351 promesas. De los tres, el que más ofertas ha presentado a los ciudadanos para conseguir su voto es el representante del PRI, Miguel Castro Reynoso, que hasta el martes 8 de mayo acumulaba 146. En segundo lugar estaba Enrique Alfaro, de Movimiento Ciudadano (MC), con 117, y en tercero, Carlos Lomelí, que postulado por Morena y los partidos del Trabajo y Encuentro Social llevaba 88.

El torrente de promesas en 40 días de campaña de los siete candidatos a la gubernatura se acercó a las 600 hasta hace una semana, sin incluir las nuevas vertidas en el debate del domingo. Eso significaba que en promedio hicieron 15 promesas por día. A ese ritmo concluirán el periodo de proselitismo rebasando las mil 200. De esa dimensión es el atiborramiento de promesas que aseguran cumplirán. Para al ciudadano común es difícil darles seguimiento, sistematizarlas y mucho menos aquilatarlas, ponderarlas, investigar hasta dónde son factibles de llevarse a cabo, si son demagogia o carecen de sustento.

Sin embargo, el observatorio ciudadano Jalisco Cómo Vamos empezó a darles seguimiento a las promesas de los candidatos a presidente, gobernador, diputados locales y federales, senadores y alcaldes. Se llama Ofertódromo y se localiza en el enlace: http://jaliscocomovamos.org/ofertodromo/index De ahí obtengo los datos referidos. El interesado puede encontrar información valiosa, obtenida a través de lo que publican los medios informativos sobre las promesas electorales. El observatorio ciudadano recomienda revisarlas y preguntarse: ¿es relevante la propuesta?, ¿se refiere a una problemática prioritaria de atender?, ¿es competencia del candidato?, ¿es presupuestalmente viable?, ¿es posible cumplirla durante el periodo de su gestión?

De las promesas, una parte están cortadas por la misma tijera: son ofertas en lo general, que no concretan o precisan cómo las llevarían a cabo, con qué diagnóstico, si consultaron o no a los ciudadanos, si han funcionado en otro lugar, etcétera. No aportan al ciudadano información que permita contrastar lo que aseguran harán los candidatos a la gubernatura, en caso de ganar los comicios. Por ejemplo, afirmar que regresarán la tranquilidad a los jaliscienses, que combatirán la inseguridad y disminuirán la tasa de delitos es demagogia si no explicitan cómo prevén hacerlo.

Otras demandas son concretas, destinadas a convencer a los electores de tal o cual municipio o comunidad, como son perforar pozos, construir un centro universitario, renovar un tramo de carretera, etcétera.

El Ofertódromo filtra las promesas por candidato y en 14 categorías; una es “indígenas”. Ahí sólo aparecen cuatro promesas; dos de Miguel Castro, generales, y dos de Enrique Alfaro, una concreta y otra que remite a hacer un trabajo conjunto si gana la Presidencia Ricardo Anaya. Hasta la semana pasada no se tiene registro de ofertas para los miles de indígenas jaliscienses. Son marginados hasta en las promesas electorales.

En otros temas, como corrupción, se registran una treintena de propuestas. La experiencia confirma que algunas son inútiles, como crear comités de ética. Otras son obvias, no aportan nada para combatir ese flagelo, y ahí se ubican las que se pronuncian por erradicarla, meter a la cárcel a los funcionarios corruptos o legislar para imponer más sanciones. Eso lo escuchamos cada tres años en las campañas. La mayoría poco dice del Sistema Estatal Anticorrupción, que tanto presume la actual administración estatal pero que aún está incompleto y falto de apoyos.

Más allá de las promesas recogidas por los medios, sólo dos candidatos a la gubernatura, Enrique Alfaro y Miguel Castro, subieron a sitios web lo que ofertan y que requiere análisis aparte. Por ahora, a poco más de un mes de concluir el periodo de campañas, los ciudadanos tendremos que eliminar la paja y buscar los granos entre los cientos de promesas que seguiremos escuchando.

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JJ/I