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An�lisis. La decisi�n presidencial carece de sustento cient�fico, afirman. (Foto: Especial)
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Los 10 decretos que firmó el presidente Enrique Peña Nieto el 5 de junio para levantar vedas a casi 300 cuencas hidrológicas del país y cambiarlas a reserva carecen de un sustento científico actualizado y desdeñan por completo la calidad del agua de los cuerpos en cuestión, manifestaron académicos integrantes de la Academia Mexicana de Ciencias.
Para María del Carmen Carmona Lara, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), es necesario conocer la calidad del agua para con base en ello definir acciones encaminadas a restaurar los ríos y lagos y, además, definir qué usos sería factible dar, lo que señala un tema serio que se dejó de lado.
“Estamos ante facultades exclusivas del presidente de la República y que la decisión se toma a partir de estudios técnicos que hace la misma dependencia del Ejecutivo, en este caso, la Comisión Nacional del Agua (Conagua)”, declaró. “Si bien cada decreto está acompañado de un estudio, es necesario evaluar el tipo y la calidad de la información que avalan estas decisiones”.
“Debe existir un programa integral de manejo del recurso, el cual tiene que atender las peculiaridades de cada una de las 295 cuencas hidrológicas (de las 757 que existen) decretadas como reservas de agua, como el volumen del caudal, y que Conagua sea transparente acerca de a quién, cómo y qué volumen está concesionando”.
Por su parte, Joel Carrillo Rivera, del Instituto de Geografía de la UNAM e integrante de la Academia Mexicana de Ciencias, señaló que el tema de la privatización en realidad es un aspecto no prioritario debido a la naturaleza de los decretos, pues consideró como importante la falta de sustento científico al momento de levantar las vedas.
“Cuando llueve, el río lleva agua superficial, pero cuando no hay lluvia, el río de todas maneras tiene agua, sólo que ésta es subterránea y viene de algún lugar, entonces es necesario saber de dónde viene. Sin embargo, el cómo funcionan los ríos que se están tratando de proteger en los decretos es un tema que no se ha estudiado ni considerado”.
“Los balances que se hacen para establecer la disponibilidad de agua de una cuenca hidrológica no son claros, no hay mediciones de evapotranspiración, de escorrentía, ni mediciones del caudal de los ríos. Tampoco sabemos cuál es el valor real de la extracción, ya que generalmente de los datos que son parte de los reportes oficiales, 30 por ciento corresponde a la medición de la extracción y el resto es un estimado”, por lo que llamó a estar atentos a lo que derive de estos decretos.
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FRASE
“Debe existir un programa integral de manejo del recurso, el cual tiene que atender las peculiaridades de cada una de las 295 cuencas hidrológicas decretadas como reservas de agua”
María Carmona, académica
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