Obra deja sin playa a Barra de Navidad

En 2011 ya había desaparecido la playa de Barra de Navidad, situada en Cihuatlán, en el corazón de Costalegre; en aquel entonces se culpó al huracán Jova, que pegó de lleno en octubre de aquel, y aunque en 2014 se restituyó la playa con varios trabajos que se hicieron en la zona, ahora, a siete años, nuevamente no hay arena en el lugar.

Visitantes que recientemente estuvieron en este sitio turístico de Jalisco se sorprendieron cuando al estar parados en el malecón, el agua del mar llegaba casi a tocarles los pies.

Aunque este fenómeno pudiera interpretarse como parte de las afectaciones del cambio climático, lo cierto es que, justo en este punto, lo que está ocasionando que no haya playa son las edificaciones que se levantaron en el sitio, las cuales no permiten un flujo natural para que haya arena de forma permanente, de acuerdo con estudios que se han realizado.

La semana pasada, Magdalena Ruiz Mejía, titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet), declaró que la situación que ocurre en Barra de Navidad sólo se resolvería si se retira la infraestructura que existe.

“El problema que ha pasado en Barra de Navidad es que hubo un fraccionamiento y un proyecto particular (un hotel) que interrumpió (el flujo) del manglar hacia la bahía, (el cual) hace que haya permanentemente arena en la playa. Esa infraestructura se debe de quitar o adecuar para que sí se retome el flujo”, indicó.

La funcionaria agregó que no nada más se trata de la construcción de un hotel, ya que al concretar dicho proyecto se modificó la laguna, se colocó un escolladero y un embarcadero que afectan la presencia de arena en la playa.

PIDEN EVITAR MÁS CONSTRUCCIONES

Amilcar Cupul Magaña, director del Centro de Investigaciones Costeras del Centro Universitario de la Costa (CUCosta) de la Universidad de Guadalajara (UdeG), coincidió con la titular de la Semadet en que la problemática sólo se resolverá si se derriba la infraestructura que existe y se evitan más construcciones.

El investigador explicó que todas las playas tienen un ciclo anual y que en una parte del año se da un proceso de erosión y en la otra parte uno de depositación (sic), o de deconstrucción de playa.

La erosión principalmente se registra en el periodo de tormentas, que es cuando se genera un oleaje continuo que llega casi en forma paralela a la playa y arrastra la arena; mientras que la segunda etapa se da cuando el oleaje es más alto, o con mayor ángulo y de menor frecuencia, lo que permite que se empiece a llevar arena hacia la playa.

Insistió en que este proceso es natural y anual en todas las playas, por lo que existe un equilibrio dinámico, ya que al perderse arena en el periodo de erosión, ésta se recupera durante la otra parte del ciclo.

“¿Qué pasa cuando interviene el hombre?, que es cuando se hacen las construcciones en la playa, lo que sucede es que rompen este ciclo anual, rompen este equilibrio, al romper el equilibrio todo el sistema se desestabiliza”, señaló Cupul Magaña.

Como ejemplo citó que al momento de edificar en la playa ya sea un hotel, un desarrollo o vivienda, es necesario colocar un espigón, es decir, una infraestructura rocosa y perpendicular a la playa, con la finalidad de protegerlos. Incluso dichas estructuras también se utilizan con el fin de “estabilizar” bocas de lagunas.

“Lo que tú estás haciendo es (meter) un obstáculo que lo que va a hacer es atrapar la arena de un lado y del otro lado se va a generar el proceso contrario, es decir, se va a empezar a erosionar porque ya no le está llegando esa arena que se distribuía de manera natural”, comentó.

SOLUCIONES Y ADVERTENCIAS

En el caso específico de Barra de Navidad, explicó, se observa que la intervención humana en la línea costera ha alterado el ciclo anual referido, por lo que ya no llega la arena que debería construir la playa.

“Hay muchas soluciones desde el punto de vista de ingeniería de costa: la primera es restablecer el sistema, es decir, evitar la construcción de este tipo de estructuras. La solución más drástica es quitar las estructuras y que se vaya restableciendo la playa por sí misma, es un (proceso un) tanto tardado porque hay que quitar estructuras, no nada más las que se hicieron en playa, sino al interior de la laguna”.

En tanto, Ruiz Mejía insistió en que si la infraestructura que existe actualmente en Barra de Navidad no se modifica, la playa no regresará: “Esa playa no se va a reconfigurar porque la playa nace del manglar y del flujo de ese río, entonces el oleaje lo que hace es empujar; es terrible (la situación en aspectos de) protección civil y de seguridad (para) todos los pobladores”.

El fenómeno no sólo se da en Barra de Navidad, sino también en la playa San Patricio, en Melaque, a 4.6 kilómetros de distancia. Incluso, Ruiz Mejía declaró que en el estado hay otros puntos en donde también se registra desaparición de playa, pero sin revelar qué sitios.

Finalmente, la titular de la Semadet aseguró que se ha trabajado directamente con la UdeG y con la Universidad de Colima para intentar resolver la situación en Costalegre, y que ha solicitado la intervención directa de las autoridades federales en repetidas ocasiones.

Lo que se hizo en 2014

Con el paso del huracán Jova, en 2011 se perdieron 600 metros de playa y la barra que dividía las edificaciones de Barra de Navidad con el mar, por lo que el gobierno del estado realizó diversas acciones a partir de febrero de 2014 para restaurarla.

Los trabajos duraron un año y la inversión fue de 160 millones de pesos, ya que se hizo desazolve de 2 millones de metros cúbicos de arena, grava y piedras que se bajaron de la laguna.

Sin embargo, a pesar de la inversión y el esfuerzo por recuperar la playa de Barra, los trabajos parece que no fueron los más adecuados, ya que cuatro años después la problemática volvió.

“Desconozco los trabajos que se hicieron, sé que se hizo el dragado de la laguna hacia la playa, pero según los resultados a como me dices que está, aparentemente no fue lo más adecuado, no se hizo lo más adecuado, aunque desconozco el tipo de trabajo”, opinó Amilcar Cupul Magaña, director del Centro de Investigaciones Costeras del Centro Universitario de la Costa (CUCosta) de la Universidad de Guadalajara (UdeG).

Cuando se quiere hacer la restauración de una playa, explicó, se colocan geotubos o geomembranas que lo que hacen, al ser unas estructuras flexibles de una membrana plástica, es rellenarla de arena.

“Eso va a la par de lo que llaman alimentación artificial de playa, tienes que traer arena de otro sitio que tenga que estar en equilibrio dinámico con la energía de la playa, es decir, que tenga el tamaño adecuado de partícula para que con la energía que hay en la playa, eso no sea como echarle azúcar al café, que la arena no se vaya”, detalló.

El investigador aseguró que soluciones como éstas se tienen que trabajar desde el punto de vista de la ingeniería de costas, porque no se trata de echar arena por echar, o de colocar alguna estructura así nomás, por lo que se tiene que hacer un estudio para definir el tipo de estructura que se necesita, el tamaño del grano de la arena, entre otras cuestiones.

“Es una cuestión bastante compleja que muchas veces se ha tomado a la ligera y por eso (se generan) los problemas que tenemos no nada más en la bahía de Navidad, sino a lo largo de toda la bahía de Banderas, que está atascada de estructuras que son innecesarias y que han provocado también mucha pérdida de playa”, finalizó el investigador. Grettel Rosales

“El problema que ha pasado en Barra de Navidad es que hubo un fraccionamiento y un proyecto particular que interrumpió (el flujo) del manglar hacia la bahía, (el cual) hace que haya permanentemente arena en la playa”

Magdalena Ruiz Mejía, titular de la Semadet

“¿Qué pasa cuando interviene el hombre? (…) Lo que sucede es que rompen este ciclo anual, rompen este equilibrio y al romper el equilibrio todo el sistema se desestabiliza”

Amilcar Cupul Magaña, académico del CUCosta

Antecedente

En 2011, tras el paso del huracán Jova, la playa de Barra de Navidad, en Cihuatlán, desapareció, situación que fue restituida en 2014 por autoridades estatales

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