|
(Foto: Especial)
|
NAIROBI. Morris Kaberia esperaba su ejecución en Kenia y pensaba en suicidarse cuando descubrió un programa que con el tiempo le permitió recuperar la libertad.
El ex agente de policía estaba preso por robo con violencia, y sus protestas de que lo habían inculpado falsamente no tenían eco. Pero entonces le hablaron del Proyecto Prisiones Africanas, que permite a presos incluso analfabetos ser sus propios abogados en países que padecen una carencia desesperante de asesoría legal.
En septiembre, el hombre de 47 años recuperó la libertad después de abogar por su causa ante el tribunal. Ahora estudia para obtener un título de abogado de la Universidad de Londres. “Sumarme al programa es lo que me devolvió la vida”, dijo. “Vi que existe la posibilidad de pensar en grande... que los muros no pueden limitarme”.
Unos 800 presos han recuperado la libertad sólo en los primeros 10 meses del año, dijo la vocera del proyecto, Peggy Nyahera.
El proyecto en Kenia y la vecina Uganda fue fundado en 2007 por el entonces estudiante de derecho británico Alexander McLean, que era voluntario en Uganda cuando advirtió la situación lamentable de los presos. Muchos son analfabetos y pobres, y carecen de recursos para representarse.
Bajo el proyecto, los presos que lo necesitan adquieren una educación básica y se los alienta a estudiar derecho. Los empleados del proyecto y los presos simulan audiencias judiciales donde estudiantes de derecho hacen de jueces.
“En el examen que hicimos en mayo, tuvimos un estudiante distinguido en esta prisión. Uno aprobó con 72 puntos, que es una calificación excelente de la Universidad de Londres”, dijo Hamisi Mzari, un funcionario de asistencia legal del proyecto que trabaja con presos de la prisión Kamiti de máxima seguridad en Kenia.
La experiencia puede ser transformadora para los presos y cambiar el trato que reciben de otros, dijo Mzari. “La gente ve que los que entraron a la prisión y los consideraban la escoria y la basura de la sociedad, ahora salen bruñidos como el oro”.
El preso que obtuvo la alta calificación en mayo, George Karaba, de 45 años, había sido condenado a muerte por homicidio. Dijo que había perdido las esperanzas. Ahora ha solicitado el indulto presidencial y es un preso que goza de confianza.
En la actualidad, 60 presos de 30 cárceles en Kenia y Uganda realizan el curso de derecho por correspondencia de la Universidad de Londres, según el Proyecto Prisiones Africanas, que tiene apoyo del Fondo de la Reina para la Mancomunidad.
JJ/I
|