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(Foto: Imago7)
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Leandro Cufré ya se había estrenado como técnico de Atlas con una derrota en la visita a Toluca. Ahora el ex capitán rojinegro se presentaba en el Estadio Jalisco, el escenario en el que alcanzó una gran identificación con los aficionados en los torneos de Clausura 2012 y Clausura 2013 al salvarse del descenso.
Santos Laguna era el rival a vencer y una buena oportunidad para tratar de dejar atrás la mala racha que dejó su antecesor Ángel Guillermo Hoyos. Por ello cuando Jesús Isijara peleó el balón con rabia y envió al fondo de las redes, no solo explotaron en júbilo los miles de aficionados y jugadores, sino Cufré como en aquellos tiempos en los que se jugaban la permanencia en Primera División. Era el 1-0 definitivo que supo a gloria en medio de un torneo de pesadilla.
A ambos les urgía el triunfo, y la situación crítica de los rojinegros por la seguidilla de seis derrotas consecutivas hacía suponer que era el condenado a perder.
Un triunfo, aparte de darle una inyección anímica, por increíble que pareciera mantenía la posibilidad matemática de aspirar a una Liguilla pese a la pésima campaña.
Y el cuadro dirigido por Salvador Reyes con 15 puntos requería ganar para volver a meterse a zona de clasificación.
Así, con dos cuadros necesitados del triunfo se bloquearon por tal urgencia y ofrecieron un primer tiempo para el olvido con ligeros destellos en jugadas que despertaron emociones con un mano a mano que Isijara perdió con Orozco hasta el minuto 26 después de un duelo sordo en medio campo y un concierto de imprecisiones de ambos equipos.
Poco después Vigón se agregaba por la banda derecha para ceder a Govea pero su centro no encontró receptor.
Al 37, Santos se perdería su mejor oportunidad cuando Furch y Garnica se revolvieron en el área y nunca supieron conectar el balón al fondo.
Para la segunda parte Atlas salió decidido a anotar y se volcó al frente generando las mejores opciones pero la desesperación los rebasó y dejó escapar sus alternativas que se le presentaron.
De manera insólita Vigón falló solo y con la portería abierta, Barceló, quien entró de cambio por el inédito Duque. El uruguayo conectó de cabeza y Orozco desvió espectacular hacia tiro de esquina.
Pero llegó el minuto 83, cuando parecía que el partido terminaba en empate, e Isijara apareció para un final muy al estilo rojinegro, con drama y angustia para romper la racha negativa.
Al final el abrazo entre jugadores y cuerpo técnico de los rojinegros era el reflejo de un equipo urgido por un triunfo que parecía negarse y que finalmente llegó.
da/i
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