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Secos. El balance actual de usos y recargas indica que no existe disponibilidad de agua subterr�nea para otorgar nuevas concesiones en la zona de El Palomar. (Foto: Alfonso Hern�ndez)
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No son gratuitas las disputas por agua subterránea entre asentamientos humanos enclavados en la cuenca de Toluquilla, ya que ésta es deficitaria desde hace décadas. Lo inusual es que eso no haya generado una política pública que ajuste las posibilidades de nuevos desarrollos inmobiliarios, caso ilustrado entre las tres etapas del fraccionamiento El Palomar, en el cerro de El Tajo, de Tlajomulco.
La Comisión Nacional del Agua (Conagua) señala en su Actualización de la disponibilidad media anual de agua del acuífero Toluquilla: “su territorio completo se encuentra sujeto a la disposición de tres decretos de veda. El primero rige en las porciones centro y norte del acuífero y es el ‘decreto que establece veda por tiempo indefinido para la construcción o ampliación de obras de alumbramiento de aguas del subsuelo en los Valles de Atemajac, Tesistán y Toluquilla’, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 3 de febrero de 1951. El segundo rige en las porciones sur, oriental y occidental del acuífero: ‘Decreto que declara de interés público la conservación de los mantos acuíferos de la zona circunvecina a la veda de los Valles de Atemajac, Tesistán y Toluquilla, Jal’, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 7 de abril de 1976”.
Por último, el tercero rige en el extremo nororiental del acuífero y fue publicado en el Diario Oficial de la Federación el 21 de septiembre de 1984.
El uso principal es el agrícola. “En la parte central del acuífero se localiza una porción del Distrito de Riego 013 Estado de Jalisco. Una pequeña porción al noroeste pertenece a la Zona de Protección Forestal y Refugio de la Fauna Silvestre La Primavera” (sic).
En el análisis, el documento señala que “la configuración de profundidad al nivel estático muestra curvas con valores que varían de 5 a 150 metros. Los más someros se registran en el centro del valle, desde donde se incrementan gradualmente por efecto de la topografía hacia los flancos de las sierras que delimitan el acuífero. Los valores más profundos se presentan al noroeste del acuífero que corresponde con la porción suroccidental de la zona metropolitana de la ciudad de Guadalajara, donde se localizan los pozos del Organismo Operador de agua potable”.
De acuerdo con los resultados censales, “se registró la existencia un total de mil 226 aprovechamientos de aguas subterráneas de los cuales 728 son pozos y los 498 restantes norias. Es importante señalar que al presente censo se debe agregar un mínimo de 6 por ciento de obras irregulares y algunos otros aprovechamientos regularizados (…) de acuerdo con su uso, 66.5 por ciento se destina al uso agrícola, 14.2 por ciento a público-urbano, 8.6 por ciento para uso industrial, 7.7 por ciento para uso doméstico-abrevadero y 3 por ciento restante para servicios”.
El volumen de extracción estimado “asciende a 59.8 hm3 (millones e metros cúbicos), de los cuales 39.4 hm (65.9 por ciento) se destinan al uso agrícola, 12.8 hm3 (21.4 por ciento) para uso público-urbano…”.
El resultado actual del balance de usos y recargas “indica que no existe disponibilidad de agua subterránea para otorgar nuevas concesiones. Por el contrario el déficit es de 71.8 hm3 anuales que se están extrayendo a costa del almacenamiento no renovable del acuífero”.
JJ/I
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