Fraccionadora bloquea un paso para venados

Vivir en el bosque entraña responsabilidades. Y una es la de tratar de obstruir lo menos posible las rutas de los habitantes nativos, los que ya estaban cuando la humanidad se restringía al espacio de los valles y la montaña era territorio salvaje. En el cerro El Tajo, al suroriente de La Primavera, la vida cambió hace más de medio siglo con la creación de los fraccionamientos.

La evolución de la conciencia de sus habitantes es un hecho primordial que juega hoy a favor de la conservación, pero algunos nuevos inquilinos no entienden de obligaciones: es el caso de la fraccionadora El Cielo, que ha decidido enmallar un paso de fauna para sorpresa de los vecinos. Los venados cola blanca, desesperados, que no hallan como atravesar un sitio que estaba abierto, son el retrato elocuente del problema. Las denuncias son múltiples a través de las redes sociales, lo mismo que los señalamientos preocupados de que la ocupación residencial en la montaña debe ser ya frenada, dados los problemas de deslaves y de caídas de agua abundante de las últimas semanas, efecto indudable de los cambios de uso de suelo.

El artículo 2 del decreto de Zona de Recuperación Ambiental Cerro El Tajo, emitido en enero de 2018, señala de forma explícita cuatro objetivos: “Uno: evitar los cambios de uso de suelo forestal a urbano en la zona de recuperación ambiental; dos: evitar la urbanización del polígono que comprende la zona de recuperación ambiental; tres: contribuir a la continuidad del bosque de pino-encino en el cerro El Tajo, estableciendo la frontera forestal, con el Área de Protección de Flora y Fauna Primavera, (y) cuatro: contribuir a la conservación y estabilidad de las laderas de El Tajo, evitando modificaciones en la topografía del lugar (ver https://ntg.mx/EhG)”.

Y esa zona donde se cerró el paso, está adentro del polígono decretado. Y justamente se trata de una superficie cuya propiedad es debatida, pues según los lugareños, el fraccionamiento El Palomar y El Cielo han discutido por años a quién corresponde la zona. Los moradores del primer asentamiento señalan que el segundo pretende hacer una nueva etapa de obras, y eso iría en contradicción con el decreto.

INTERESES INMOBILIARIOS

Luis Altamirano, abogado de la Unión de Colonos de Puerta Sur, dijo en marzo a NTR que todo el cerro formaba parte del decreto inicial del área natural protegida, pero los intereses inmobiliarios lo empujaron hacia afuera. “La realidad es que fue una fe de erratas, porque inicialmente, por razones por además obvias, cuando en una fotografía aérea apreciabas que era una zona boscosa, lo que es Ciudad Bugambilias y El Palomar estaban incluidas de forma inicial para formar parte de la reserva, y posteriormente los sacaron”.

- Como abogado, ¿cree que esta herramienta para la protección del cerro de El Tajo tenga futuro y se rescaten las zonas aún no urbanizadas?

- Yo espero que sí, no es un instrumento perfecto, por supuesto, como toda obra humana es susceptible de haberse hecho en mejores términos, pero también hay que ser enfáticos en cuanto a los tiempos que le quedaban a la administración de Aristóteles Sandoval, a efecto de permitir meter un decreto de área natural, porque realmente el bosque tiene más características como ANP que como área de restauración, como terminó siendo el decreto; la realidad es que el ANP exigía de una consulta, no daban los tiempos, pero este es un instrumento viable, y si se fortalece con los planes de ordenamiento territorial de cada uno de los municipios, pues vas cerrando la pinza a efecto de ir salvaguardando; lo más interesante de todo es que nos tiene que llevar como sociedad a reconocer la necesidad de no considerar que esto es un parque, realmente es un bosque  con todos los beneficios medioambientales que lleva consigo.

Un bosque no se puede fraccionar, según las leyes federales y agrarias vigentes. Entonces, la malla ciclónica que obstruye a los venados, debería ser retirada. Es la primera prueba in situ para la vigencia de un decreto del ejecutivo que se usó por primera ocasión en la historia de Jalisco.

OBSTRUCCIÓN. Los venados no encuentran cómo atravesar la malla ciclónica.

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Un decreto restrictivo

•  El cerro de El Tajo tiene vigente sobre la superficie que se marginó del polígono protegido de La Primavera, un decreto del ejecutivo como zona de recuperación ambiental, con fecha del 29 de enero de 2018. son 1,684.03 hectáreas, “de las cuales 751.33 hectáreas corresponden a Zapopan y 932.7 hectáreas corresponden a Tlajomulco de Zúñiga”
• El decreto “no se pronuncia respecto a la propiedad de los predios que se encuentran comprendidos en los polígonos de la zona, ni tiene la finalidad de imponer un derecho real sobre los mismos, materia de la Declaratoria, sino únicamente regula el uso que le deben dar los habitantes, propietarios, poseedores y visitantes a los predios que se encuentran en el área, a fin de que se conserven los servicios ambientales de la zona y se garantice el derecho a vivir en un ambiente sano para el desarrollo y el bienestar”
• Explícitamente prohíbe “urbanizar la superficie que comprende la presente declaratoria, así como alterar o destruir los sitios de alimentación, anidación, refugio o reproducción de la vida silvestre”

JJ/I