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EN MEDIO. En Zapopan se ubica un �rea de pobreza entre las colonias Mesa de los Ocotes y Junta de los Ocotes. (Foto: Especial)
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Existe en la Zona Metropolitana de Guadalajara una colonia sin nombre, con calles sin identificar y cuyos habitantes viven en casas carentes de prácticamente todo servicio básico.
Ubicada en un punto entre el Centro Universitario de Tonalá (CUTonalá) y la carretera Real a Tlaquepaque, pero perteneciente a este último municipio, el sitio forma parte de una de las áreas que el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) ha identificado como de mayor pobreza en la metrópoli. En ella, se estima que entre 70 y 100 por ciento de sus habitantes viven en condiciones de pobreza.
En cuatro de los cinco principales municipios de la metrópoli Coneval enumera la existencia de 32 zonas que mantienen las mismas condiciones de marginación. Estas divisiones, denominadas áreas geoestadísticas básicas o Ageb, se definen como conjuntos de manzanas “delimitadas por calles, avenidas, andadores o cualquier otro rasgo de fácil identificación en el terreno”, que pueden enmarcarse dentro de una colonia o ser parte de varias”.
Algunas de estas zonas se encuentran dentro de los límites de colonias ampliamente conocidas, como Cerro del Cuatro, Mesa de los Ocotes o Vistas del Centinela, y otras ni siquiera han merecido de parte de las autoridades la dotación de un nombre propio. En su conjunto, habitan en ellas 27 mil 826 personas.
¿DÓNDE ESTÁN?
Aunque cada municipio tiene sus particularidades -Zapopan resalta por su alta desigualdad y en Tonalá existe una pobreza más generalizada-, la constante es que los cinturones de mayores carencias se ubican en las periferias de la urbe.
En territorio zapopano, si bien existen amplias zonas en las que la pobreza no se conoce y el valor del suelo se encuentra en constante crecimiento -el portal especializado inmobiliare.com reporta que durante el primer trimestre de 2019 el costo mínimo de las rentas en una zona como Puerta de Hierro era de 23.18 dólares al mes por metro cuadrado, es decir, un departamento de 60 metros cuadrados supone precios mínimos de 27 mil pesos mensuales-, más de 17 mil personas viven en lugares con el porcentaje de pobreza más alto.
Distribuidas en 12 Ageb distintas, éstas últimas se ubican dentro de colonias y localidades como Santa Lucía; Lomas del Tizate; Colinas de la Primavera; Vistas del Centinela; en la intersección de las colonias Agua Fría, Mesa de los Ocotes y Junta de los Ocotes; en una zona entre La Coronilla y La Higuera; en algunas manzanas de El Fortín y en un punto sin nombre aledaño a Lomas de la Primavera.
En este último, por ejemplo, entre 90 y 100 por ciento de las casas presentan carencia de servicios básicos, más de la mitad no cuentan con espacios dignos de vivienda, entre 30 y 40 de su población no tiene acceso a servicios de salud, y de un 40 a 50 por ciento tiene algún rezago educativo.
VULNERABLE. En manzanas de la colonia Cerro del Cuatro, en Tlaquepaque, se ubica un área geoestadística básica.
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En Tlaquepaque, distribuidas en 14 Ageb, más de 7 mil 200 personas mantienen rangos de pobreza de entre 70 y 100 por ciento de su población. Éstas comprenden conjuntos de manzanas de colonias como Cerro del Cuatro, Lomas del Cuatro, Las Liebres, La Cofradía, La Piedrera, Solidaridad, Los Santibáñez y otro punto sin nombre localizado entre las colonias Buenos Aires y Francisco I Madero.
Algunos puntos de localidades como La Unión del Cuatro, San Lucas Evangelista y San Sebastián el Grande, concentran la mayor población en pobreza de Tlajomulco. En total, poco menos de mil 500 personas viven en estas zonas.
Si bien en Tonalá existe un alto grado de marginación, con más de 132 mil personas en zonas en las que entre 50 y 70 por ciento vive en pobreza, sólo existen dos Ageb con los niveles más altos de pobreza. Éstas incluyen áreas de colonias como Agua Escondida, Osorio Comunal, Villas del Oriente II y Las Puertas.
Guadalajara es el único de los cinco principales municipios metropolitanos en los que ninguna Ageb tiene un grado de pobreza de entre 70 y 100 por ciento. No obstante, sus puntos de mayor vulnerabilidad -en este caso cuatro Ageb en los que entre 50 y 70 por ciento de su población vive en pobreza- incluyen zonas de colonias como Tetlán, Lagos de Oriente, San Joaquín, El Bethel, Lomas del Paraíso III.
CIUDADES, CON EL MISMO PROBLEMA
La ubicación de las colonias con mayor marginación, explica Jorge Ignacio Villaseñor Becerra, economista del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA), de la Universidad de Guadalajara (UdeG), se debe a un fenómeno que se replica en todas las grandes ciudades.
“Es una cuestión que, desgraciadamente, podríamos decir que es natural: a mayor tamaño de la urbe, mayor es su tendencia a la desigualdad. Lo que pasa con las urbes muchas veces es, de manera general, que se da un proceso de migración del campo a la ciudad por las actividades productivas (…) Llega un punto, que es el caso de Guadalajara, donde hay una sobresaturación de los espacios laborales, de la dinámica demográfica”, detalla.
Muchos de estos habitantes terminan formando una vivienda en asentamientos irregulares que, aparentemente, carecen de propietarios pero que, generalmente, redundan en procesos judiciales para determinar la posesión de los predios.
El especialista puntualiza que estas circunstancias perpetúan las condiciones de pobreza de sus habitantes, pues durante los procesos legales, que se pueden extender incluso durante décadas, las autoridades se ven impedidas de brindar a sus habitantes servicios básicos. En el caso de la ZMG, solo una Ageb en máxima pobreza se encuentra dentro de la mancha urbana, se trata de grandes áreas de la colonia Agua Escondida, ubicada entre Guadalajara y Tonalá en las cercanías del Parque Solidaridad.
Villaseñor Becerra expone que esta especie de enclaves tienen mayores posibilidades de, al menos, pasar de condiciones de pobreza extrema a moderada, pues a las colonias aledañas se les suele brindar de mayores servicios que, a la postre, acaban siendo funcionales para los habitantes más vulnerados.
“A mayor tamaño de la urbe, mayor es su tendencia a la desigualdad”
Jorge Ignacio Villaseñor Becerra, economista del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas
SEGÚN ACADÉMICO. Programas como Prospera sólo resuelven necesidades primarias.
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Revelan nueva información; cuestionan políticas públicas
Si bien todos los datos expuestos anteriormente tienen su origen en la medición de la pobreza a escala municipal que cada cinco años lleva a cabo Coneval -la última en 2015-, el mes pasado el consejo liberó una serie de mediciones que permiten conocer las diferencias al interior de esos municipios a través de bases de datos, mapas y capas para herramientas como Google Earth.
El objetivo de las nuevas herramientas, resalta Coneval, es “proporcionar elementos que ayuden a las y los tomadores de decisión al diseño y análisis de políticas públicas para el desarrollo social”.
Según el académico Jorge Ignacio Villaseñor Becerra, la generalidad entre los gobiernos federales e incluso estatales ha sido el buscar erradicar la pobreza a través de programas de transferencia monetaria, como es el caso del Programa de Inclusión Social, Prospera, el cual se encuentra en proceso de eliminación.
Aunque en la ficha de monitoreo 2017-2018 de Prospera, elaborada por la entonces Secretaría de Desarrollo Social, la administración federal reportó avances como que, en 2017, “81 por ciento de los becarios de Prospera concluyeron su educación básica de forma oportuna, lo cual representa un avance de 112.47 (por ciento) con respecto a la meta planeada”, el académico expone que, en términos generales, la experiencia internacional ha comprobado que esta clase de programas deriva en que los beneficiarios utilicen los recursos recibidos para satisfacer sus necesidades inmediatas, sin que se les dote de herramientas para mejorar sus condiciones a futuro.
A pesar de estos esfuerzos, la pobreza, aunque invisible para muchos, existe en niveles significativos. “El objetivo de la política pública del gobierno debería ser cero pobreza, si en estas condiciones viven mil o 100 personas es igual de grave”, concluye el experto.
JJ/I
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