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(Foto: Jorge Alberto Mendoza)
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En una primera etapa de intervención, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de Jalisco (Sader) comenzó en 2019 con la rehabilitación de los rastros de Ixtlahuacán de los Membrillos, Poncitlán, Jamay y Tepatitlán.
Las acciones son en el sentido de evitar que los residuos sólidos, en especial la sangre, lleguen de manera directa a los ríos Zula y Santiago.
Mencionó el titular de Sader, Alberto Esquer Gutiérrez, que en 2019 el presupuesto fue de 125 millones de pesos destinados a 67 rastros en todo el estado de Jalisco, incluidos los cuatro de la cuenca.
El siguiente será el del municipio de Juanacatlán porque es uno de los más grandes y de los que más contamina, pero en este año pretenden intervenir todos los rastros que tiran sus desechos a la cuenca Lerma-Chapala-Santiago.
Por lo pronto, Esquer Gutiérrez aseguró que en Ixtlahuacán, Poncitlán, Jamay y Tepatitlán hay un avance de 50 por ciento. Aseveró que, después de tratar los residuos, el agua de los rastros también puede utilizarse para riego agrícola.
La política pública que implementa la Sader consiste en tres ejes de trabajo; el primero tiene que ver precisamente con los desechos de los rastros, el segundo con las escorrentías de agroquímicos que se filtran al subsuelo, y el tercero, con el manejo de los residuos procedentes de la actividad pecuaria.
EH
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