Ciudad Guzm�n, cicatriz indeleble

2015-09-19 05:05:58

HERIDA. Las torres de la catedral se desplomaron con el temblor y son la herida abierta que rememora la tragedia. (Foto: Grisel Pajarito)

En Zapotlán El Grande hay una cicatriz que le recuerda al pueblo la vulnerabilidad de la tierra en la que vive.

Al sur del jardín principal se levanta la Catedral de Ciudad Guzmán, sus dimensiones y diseño son similares a las de la Catedral de Guadalajara, pero sus torres están incompletas.

Fue un 19 de septiembre, pero de 1985, cuando la estructura colapsó. El sismo de 8.1 grados en la escala de Richter hizo sonar las campanas y detuvo el tiempo.

“La campana más grande voló y cayó encima de un camión de refrescos, el muchacho no estaba y cuando salió se le quedaba mirando a su camión”, recuerda Eliazar Alvarado.

Las manecillas del reloj de la torre principal cayeron al vacío ante la mirada de horror de quienes ese día, a las 7:19 horas, iban a la escuela o trabajar.

“Mi muchacha la más grande llegó asustada, por poquito le caía la torre encima, eso nos dijo”, rememora Tomás Beltrán.

Las paredes de las casas tronaban y el movimiento despertó a Natividad López Ramos, quien asegura que en ese momento no sintió miedo y en lo único que pensó fue en sus hijos.

“Me levanté y fui por ellos, nos acostamos todos en la cama, así si me caía el techo, nos caía a todos juntos”, relata.

El recuerdo del temblor ya no provoca llanto, pero sí hace sangrar la herida, la sonrisa se borra, los ojos se fijan en el horizonte y la mirada se pierde. Parece que en la mente de los testigos de la tragedia cobran vida las imágenes de una ciudad caída, devastada, donde oficialmente se perdieron 36 vidas, pero se presume que fueron más de 100.

“Hubo personas que por cuestiones de tramitología no se determinó si habían muerto (…), pudo haber cuerpos que se fueron al levantar los escombros”, comenta José Fernando González Castelo, cronista de Ciudad Guzmán.

María Inocencia Sánchez Díaz piensa en una familia que lo perdió todo. El sismo echó la casa abajo y mató a la mamá y al bebé que venía en camino. Los otros dos hijos sufrieron quemaduras severas al grado que fueron enviados a Estados Unidos para su atención.

El 60 por ciento de las casas de Ciudad Guzmán terminaron en ruinas, relata González Castelo, cronista del municipio. Se estima que en esa fecha había 16 mil viviendas.

El miedo se apoderó de los 75 mil habitantes. Las estructuras de casas y templos quedaron débiles. Nadie quería estar bajo techo.

“Mucha gente aprovechó el jardín principal como un albergue natural y toda la montaña oriente del valle de la ciudad, como en esos años la gasera estaba dentro de la ciudad había temores de que explotara y las personas se fueron a vivir por una semana a la montaña en campamentos improvisados, lo importante era mantener la integridad de las familias en salvaguarda”, relata.

La fe y devoción que el pueblo le tiene al señor San José, desde ese primer temblor devastador de 1749, levantó a la gente debido a que las imágenes no podían recorrer las calles, un par de días después de la desgracia fueron llevadas al campo olímpico, donde se ofició una misa.

Templos como El Santuario y La Tercera Orden resultaron severamente dañados y terminaron en ruinas.

“Quedaron en una situación como cascarones de huevo que con otro movimiento telúrico se hubieran colapsado, pero el gran fervor católico de los zapotlenses hizo posible su reforzamiento, la gente estuvo dispuesta a hacer los gastos para no perder estos íconos de la religiosidad local, 60 por ciento de los recursos fueron aportados por la comunidad”.

González Castelo considera que la afectación del movimiento telúrico de ese jueves 19 de septiembre de 1985, proporcionalmente hablando, fue similar a la de la ciudad de México.

Las calles de Ciudad Guzmán se abrieron; se veían sus entrañas. El patrimonio histórico religioso estuvo en riesgo, las viviendas colapsaron, pero no así un pueblo que entre las cenizas y el escombro encontró el significado de una palabra que se puso de moda: solidaridad.

“Nos despertó totalmente, hubo una solidaridad increíble, logramos enarbolarlo con el Monumento a la Solidaridad, hay dos personas de bronce levantando un bloque que es el símbolo del levantamiento de las ruinas en las que quedó el pueblo”.

Y aunque por un lado se tenga una cicatriz imborrable y que deja en manifiesto la fragilidad del suelo y la vida, Los Monos, como se nombra al monumento, les recuerda que son un pueblo fuerte que puede resurgir de entre el escombro y el caos.

 Tiene Zapotlán boom demográfico

El sismo de 1985 fue un parteaguas para Zapotlán El Grande.

La mancha urbana se extendió hacia el sur y se crearon nuevas colonias, las más representativas son Cruz Roja, Solidaridad y la Fifa.

Tras la caída de 60 por ciento de las fincas que había en Ciudad Guzmán, cientos de familias quedaron sin hogar.

“Con todas las ayudas que se vinieron, el centro poblacional nos crece casi al doble en superficie; las tres principales colonias que actualmente tenemos surgen a partir de ese acontecimiento, son la Constituyentes de 1857, Cruz Roja y Solidaridad”, comentó González Castelo, cronista del municipio.

“Las antiguas familias vivían en fincas grandes donde los hijos llevaban a vivir a sus respectivas familias y si en una finca había cinco familias se les dieron cinco casas”.

Así las familias obtuvieron un patrimonio que todavía conservan, aunque el espacio en el que viven no es el mismo.

“Prácticamente nos regalaron las casas, dimos 1 millón 200 pesos de ese entonces (mil 200 pesos actualmente) que se usó para el mantenimiento y todas las familias veníamos a hacer labor, a limpiar las casas que ya estaban listas y a ayudar a los de la Cruz Roja”, recuerda María Inocencia Sánchez Díaz.

Ella, junto con sus papás y hermanos, vivía en una casa rentada en el centro, pero tras el sismo la dejaron.

“Nos enteramos que iban a dar terrenos y casas y nos apuntamos, nos dieron esta casita y aquí seguimos”, dijo.

La Cruz Roja de Estados Unidos donó 364 casas con terreno suficiente para edificar otra estructura similar.

Unos aprovecharon el espacio para ampliar, como Lucila Hernández, quien construyó su comedor y una recamara más.

“Aquí en la cochera echamos otro cuartito para un sobrino y pues aquí seguimos”, afirmó.

En la colonia Cruz Roja había luz, agua y parques, pero no en la Solidaridad.

Ahí, relata Tomás Beltrán, el gobierno les vendió las propiedades a precio muy bajo, tan así que pudieron pagarlas. La zona era un espacio para la cría de ganado y no contaba con los servicios básicos.

“No había empedrado, ni luz ni agua, acarreábamos el agua de los pozos, después nos cooperamos y pusimos la luz y todos los servicios”, comenta.

En ambos fraccionamientos las casas se entregaron en obra negra y fue responsabilidad de cada dueño equiparlas y acondicionarlas.

González Castelo reconoce que la ayuda brindada por el gobierno y las instituciones internacionales fue aprovechada por personas voraces, quienes pese a tener recursos y no ser víctimas de la naturaleza se hicieron de propiedades en las nuevas colonias para rentarlas.

El cronista de Ciudad Guzmán estima que tras el sismo de 1985 la población creció 30 por ciento.

Detona sismo protección civil

Pese a que Zapotlán El Grande es una zona altamente sísmica y en su historia al menos cuatro temblores afectaron a la población, no había protección civil.

Fue hasta 1985 cuando por mandato nacional se capacitó a la población sobre qué hacer en caso de sismo, incendio y otros desastres, tanto naturales como causados por el hombre.

José Fernando González Castelo, cronista de Ciudad Guzmán, señaló que actualmente los niños saben qué hacer si la tierra se mueve.

“Hoy se orienta a las personas qué hacer y cómo actuar, tenemos dos simulacros al año, uno es el 21 de abril y el otro el 19 de septiembre”.

El temblor de 1985 también sacudió la conciencia de las autoridades para implementar en Ciudad Guzmán, y en el país, la protección civil.

Datos

El suelo más débil de Ciudad Guzmán es la parte norte, donde está la laguna, pues a un metro ya hay agua.

La falla de San Andrés determina la zona sólida de la ciudad, la parte oriente es la más firme.

Temblores fuertes en Zapotlán El Grande

22 de octubre de 1749

25 de marzo de 1806

7 de junio de 1911

15 de abril de 1941

30 de enero de 1973

19 de septiembre de 1985

 

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