Las palabras son insuficientes para expresar recuerdos y emociones dolorosas. Las palabras no son la escena ni las sensaciones a las que remiten. Son apenas un mapa, rudimentario o cercano a lo que describe o narra, pero nunca serán el territorio, diría el filósofo Alfred Korzybski, quien desarrolló la teoría de la semántica general. No es una regla, pero las palabras pueden tener mayor fuerza y carga energética cuando las expresan quienes padecieron esos momentos o periodos dolorosos.
Las mujeres que han sido víctimas de los cobardes ataques con ácido, a mano de varones, relatan los infiernos por los que transitan su piel y sus órganos, su cuerpo agredido; acosadas por amenazas de muerte; sufriendo las continuas intervenciones quirúrgicas; constatando la complicidad de ministerios públicos, jueces, policías y autoridades políticas; viviendo con el miedo de ser nuevamente atacadas por los agresores libres o que pueden salir de la cárcel en cualquier momento; víctimas también de la justicia que no llega; con vidas destrozadas, que luchan por rehacer. Sus palabras tienen el poder del testimonio. De ahí que reproduzco parte de las expresiones de dos víctimas a las que se intentó privar de la vida arrojándoles ácidos.
Una es María Elena Ríos (@ElenaRios), saxofonista oaxaqueña que ha acusado al ex diputado priísta Juan Antonio Vera Carrizal de ser autor intelectual del ataque y que ha denunciado al tortuoso aparato judicial de su estado. Este lunes se dirigió a la nueva presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para reiterar la agresión institucional en su contra, por la cual ha demandado la salida de funcionarios del Tribunal Superior de Justicia de Oaxaca y la Fiscalía Estatal que solapan a su atacante, quien gracias a la determinación del juez que lleva el caso puede salir de la cárcel al pasar de la prisión preventiva al arraigo domiciliario: “Ministra presidenta @NormaPinaHdz, los CORRUPTOS del presidente del @tsjoaxaca y el juez #TeóduloPachecoPacheco mercenarios que protegen a mi agresor el FEMINICIDA #JuanAntonioVeraCarrizal no quieren renunciar”. Esto, mientras uno de los atacantes de la joven continúa libre sin que la Fiscalía dé señales de que le interese atraparlo. La joven ha subrayado este lunes: “Quemar nuestros cuerpos es muestra de violencia extrema; el borrado de nuestra identidad”.
A su vez, la feminista y madre de dos adolescentes Carmen Sánchez (@CarmenAnchez) relató en Twitter la semana pasada: “En febrero se cumplen 9 años de que Efrén García me intentara asesinar con ácido y hasta la fecha sigue sin recibir una sentencia. Escribo este tuit como un grito desesperado porque las medidas de protección que tengo no son suficientes para garantizar mi vida y mi integridad. Ni la mía, ni la de mi familia. Aunque Efrén está en la cárcel desde mayo de 2021, yo he seguido recibiendo amenazas e intimidaciones a mi número de celular e incluso, han tratado de abrir mi domicilio. ¿Por qué soy yo la que debe esconderse y aprender a vivir con miedo? Y claro que tengo miedo porque ya nos han demostrado una y otra vez que la vida de las mujeres no les importa. En este país archivan las denuncias de las mujeres por falta de pruebas, al mismo tiempo que liberan a los agresores alegando que están enfermos”.
Los intentos de feminicidio con ácidos y sustancias químicas son de los más brutales y salvajes ataques contra mujeres. Prevenir y denunciar las agresiones, abatir la impunidad, señalar a los funcionarios cómplices o ineficaces y apoyar a las víctimas tienen que ser acciones colectivas. Porque, incluso, no se tiene una base de datos confiable de las víctimas en el país. ¿Cuántos casos hay en Jalisco?
Ante ese panorama, en el Palacio Legislativo de Donceles, en la Ciudad de México, ayer se dio a conocer en conferencia de prensa la Ley Malena, una iniciativa de ley llamada así en honor a la saxofonista, con la que se pretende tipificar y combatir la brutal violencia ácida y obtener justicia para las sobrevivientes. Tolerancia cero a los agresores.
Twitter: @SergioRenedDios
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