La semana pasada, el Banco de México reportó que las remesas ascendieron a 58 mil 497 millones de dólares (mdd) en 2022. Así, por noveno año consecutivo, los envíos de remesas establecieron un nuevo record histórico. Las remesas, medidas en dólares, crecieron 13.4 por ciento con respecto a 2021.
Este incremento de remesas no se vio necesariamente reflejado en la economía del país. Las remesas, medidas en pesos constantes, crecieron sólo 4.2 por ciento. Las razones que explican este bajo crecimiento incluyen la estabilidad del peso, la alta inflación y la relativa devaluación del dólar.
Pese a esta minusvalía de poder adquisitivo, las remesas mantuvieron su importancia para la economía nacional. Las remesas representaron más de 4 por ciento del PIB. Más aún, superaron por un amplio margen a los ingresos de las exportaciones petroleras (31 mil 85 mdd).
Las remesas también han financiado en buena medida el consumo de las familias del país. Según el CEMLA, las mismas incrementaron la capacidad de gasto de las familias en 30 por ciento. Aquí cabe señalar que se estima que hay 4.4 millones de hogares y 11.1 millones de adultos que reciben remesas.
Las cifras anteriores muestran que las remesas ayudan a mantener la estabilidad del país. En los más de cuatro años de esta administración, las remesas han permitido enfrentar la crisis económica, el desempleo, la pobreza, las caídas de ingresos y la desaparición de los servicios de salud pública.
En Jalisco, las remesas ascendieron aproximadamente a 5 mil 382 mdd en 2022. Esta cantidad confirma que el estado sigue siendo el primer receptor de remesas del país (con 9.2 por ciento del total). Michoacán y Guanajuato ocuparon el segundo y tercer lugar respectivamente.
¿Qué tan viable es que las remesas sigan creciendo en 2023? No mucho. Las remesas que llegan al país dependen de la economía norteamericana. En este contexto, cabe señalar que, desde el cuarto trimestre del año pasado, ha habido señales de debilitamiento del mercado laboral estadounidense.
En EUA, la debilidad de los sectores manufacturero y comercial al mayoreo y al menudeo hace poco probable que incrementen las remesas. De hecho, es posible que en 2023 México y Jalisco en particular reciban remesas por poco más de 55 mil y 5 mil 200 millones de dólares respectivamente.
En mi opinión es urgente establecer programas que permitan aprovechar las remesas para financiar la inversión productiva y el crecimiento económico, y no sólo el consumo de corto plazo. Las remesas constituyen una oportunidad que no debe desperdiciarse para financiar el desarrollo de largo plazo de la economía.
*Economista e investigador de la UdeG
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