
|
AL SER LOCALIZADO. Santos de la Cruz dijo que su desaparici�n �es un tema muy delicado�. (Foto: Especial)
|
El viernes 3 de marzo, fue desaparecido el abogado wixaritari Santos de la Cruz Carrillo junto con su familia en el trayecto carretero que va de la comunidad de Bancos de San Hipólito o Calitique, Durango, a Jesús María, en Nayarit. Tras dos días de incertidumbre, la familia reapareció este domingo 5 de marzo en las oficinas de la Fiscalía General de Nayarit, en Tepic. En un video en su cuenta de Facebook, De La Cruz Carrillo aseguró estar bien.
La Sierra Madre Occidental, en la región en que se encuentran los estados de Jalisco, Nayarit, Zacatecas y Durango, se ha convertido en una de las demarcaciones más inseguras del país. Las comunidades indígenas coras (nayeris) y huicholas (wixaritaris) de la zona ya han sufrido la desaparición física de algunos de sus integrantes, hechos que han sido denunciados, sin resultados, ante la comisionada para el Diálogo con los Pueblos Indígenas de México de la Secretaría de Gobernación, Josefina Bravo Rangel.
Ese no fue el destino de Santos. En su cuenta de Facebook, el abogado indígena informó encontrarse en Tepic “en razón de que se presentó una denuncia por desaparición y privación a la libertad de mi persona y mi familia; me encuentro en la FGE recibiendo todos los estudios necesarios; se hizo primero una declaración y estudios de psicología, salud. No quiero entrar mucho a los hechos, en razón de que es un tema muy delicado y realmente complejo; sí quiero platicarlo con mi familia en casa y con la gente de la comunidad, pero estamos tranquilos, salvos y con vida afortunadamente…”.
De la Cruz Carrillo es originario de Bancos de Calitique o de San Hipólito (Uweni-Muyewe) y ha sido uno de los asesores principales en las gestiones de restitución de poco más de 10 mil hectáreas que corresponden a los títulos virreinales, que datan de 1725, y que han sido la base para reclamar su separación del ejido San Lucas de Jalpa, Durango, un núcleo campesino mestizo que nunca quiso darles a los comuneros wixaritaris un estatus igualitario como posesionarios de esa fracción de su dotación ejidal. La restitución, que se ganó en los tribunales varios años atrás, se realizó de forma pacífica entre el 20 y 22 de febrero pasados bajo la dirección del tribunal agrario con sede en Durango.
Sin embargo, se sospecha que la restitución tiene que ver con el intento de desaparecer a Santos de la Cruz, aunque no se descarta el ambiente de ingobernabilidad por la disputa entre cárteles de este territorio de fronteras. Por lo pronto, se le dotará de escolta en todo el trayecto por Nayarit; además, un plantón de comuneros wixaritaris en el crucero de Pastor lo espera para protegerlo y llevarlo a casa al interior de las montañas hoy ubicadas en el mapa oficial de Durango.
Los comuneros esperan que las autoridades federales y de los estados garanticen la seguridad de sus miembros y se eviten tanto las venganzas personales como el libre juego de los intereses que los habían tenido sujetos durante muchas décadas.
LA HISTORIA DE BANCOS
Bancos de Calitique, del mismo modo que Guadalupe Ocotán (hoy Nayarit), fueron anexos de la gran comunidad de San Andrés Cohamiata o Tateikie, enclavada en Mezquitic, Jalisco. El empuje de la colonización mestiza desde los estados vecinos –que ha sido interpretada por historiadores locales como una respuesta del Estado mexicano a las rebeliones indias acaudilladas primero por Manuel Lozada (1860-1873) y posteriormente, en el contexto de las guerras cristeras (1926-1939), que tuvo la participación activa de núcleos indígenas de la sierra en defensa de sus territorios– aprovechó disensiones internas en la comunidad huichola, lo que derivó en la separación de Guadalupe Ocotán en los años 60 bajo el cobijo de los mestizos de Huajimic y del gobierno de Nayarit.
El caso de Bancos fue un poco más extraño: San Andrés no reclamó la restitución pese a la inmemorial presencia de aborígenes que siempre han aceptado la primacía espiritual y cultural de Tateikie. Así fue cómo el cantón de Colotlán, de Jalisco se “achicó”.
Entonces vino la dotación de San Lucas de Jalpa. “Quisimos negociar que nos reconocieran con plenos derechos, pero lo rechazaron. Nos quedamos como posesionarios de segunda en nuestras propias tierras”, dijo un campesino wixaritari en una visita a la sierra hecha en marzo de 2021, cuando una primera ejecución a favor de la comunidad había sido frustrada por el manejo errático del proceso judicial por parte del tribunal agrario y la ausencia de apoyo de entidades de seguridad.
JB-jl/I
|