Percival Lowell, fundador del observatorio que lleva su nombre, en Flagstaff, Arizona, fue uno de los más fervientes admiradores y seguidores de Schiaparelli en las observaciones visuales de Marte; en 1907, fue uno de los primeros que intentó fotografiarlo y envió también una misión especial a Chile, donde el planeta era visible casi en el cenit y por lo tanto las condiciones de observación eran mejores
Giorgio Abetti, ‘Historia de la astronomía’, FCE, México (1966), p. 355
A pesar de que en las ciudades hemos perdido mucho del cielo nocturno –que podríamos recuperar con la iluminación adecuada–, todavía podemos disfrutar de las evoluciones de los planetas en la bóveda celeste, constatar sus cambios drásticos de posición de noche a noche o apreciar las conjunciones, como la observada en días pasados entre Júpiter y Venus; pero si contamos con un pequeño telescopio, con él podríamos apreciar algunas características de la superficie o atmósfera de algunos de ellos.
Un caso muy peculiar es el del planeta Marte, pues merced las órbitas elípticas descritas en torno al Sol tanto por él como la Tierra y los demás planetas, las distancias relativas entre este y nuestro planeta varían, pudiendo sin embargo producirse las que se llaman técnicamente oposiciones, cuando dicha distancia es menor, y entre éstas hay las denominadas grandes oposiciones, cuando al darse la mínima distancia la observación del rojizo planeta es más favorable, si las condiciones meteorológicas sobre la Tierra y en el lugar de observación así lo permiten.
En la gran oposición de 1877 el astrónomo italiano Giovanni Virginio Schiaparelli (14 de marzo de 1835-1910) empleó el telescopio refractor de 22 centímetros en su lente principal del Observatorio de Brera para estudiar la superficie del planeta rojo, en esa campaña determina los datos fundamentales de aerografía (eje de rotación) y posición del casquete austral según refiere Giorgio Abetti, para la oposición de 1881-1882 aunque el diámetro aparente del planeta había disminuido ostensiblemente pudo apreciar líneas oscuras que denominó “canali”.
La divulgación de las observaciones, de las que hizo eco Camille Flammarion, de alguna forma iniciaron la gran “Martemanía” en la cual el empresario norteamericano Percival Lowell se sumergió y consolidó su afición a la astronomía, pues el nacido el 13 de marzo de 1855 en Boston, y quien según la necrológica publicada por Agassiz: “Obtuvo honores en matemáticas en Harvard y se graduó cum laude en 1876. Pierce padre habló de él como uno de los dos matemáticos más brillantes que había visto en Harvard” (Proceedings of the American Academy of Arts and Sciences, Vol. 52, No. 13, Oct., 1917, pp. 845), lo llevaron a fundar el primer observatorio astronómico de Arizona.
Además de las investigaciones sobre Marte en el observatorio epónimo, Lowell auspició la búsqueda del hipotético planeta X; Plutón fue descubierto en el observatorio de Flagstaff 14 años después de su muerte.
Twitter: @durrutydealba
jl/I
|