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(Foto: Archivo NTR)
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La Universidad de Guadalajara y la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet) plantearon desde hace casi cuatro años la posibilidad de que el cerro del Cuatro tenga como herramienta jurídica para su rescate ambiental un decreto como “zona de recuperación ambiental”, similar a los que ya existen en el Cerro de El Tajo y el valle de El Bajío, contiguos al bosque La Primavera.
Sin alguna explicación, no se culminó el proceso con el respectivo decreto del gobernador del estado. Pero la UdeG mantiene la vigencia de esa propuesta: “el planteamiento de este nuevo centro universitario dentro de un área de conservación, según clasificaciones metropolitanas y municipales, requiere de la creación de un nuevo andamiaje institucional para el co-manejo y cofinanciamiento de la gestión del área verde. Creemos que esta es una situación inédita para la Universidad de Guadalajara ya que nunca ha administrado un parque urbano con las características del cerro del Cuatro. Este caso es diferente a las estaciones y predios para la investigación y docencia que administra actualmente la Universidad. En este contexto, la Universidad debe apoyar la propuesta del gobierno del Estado de Jalisco de decretar lo antes posible al cerro del Cuatro como zona de recuperación ambiental, como ya estaba siendo contemplado por la Semadet desde el inicio del actual sexenio. Las contribuciones al presupuesto de manejo del área de conservación y las responsabilidades institucionales del Estado, el municipio y la universidad deben quedar claramente definidas”.
El estudio “no contemplaba originalmente los temas de riesgo de inundación en la zona urbana, contaminación atmosférica, capacidad de carga del centro universitario, entre otros. Por la relevancia estratégica de estos temas y a solicitud de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco (CEDHJ) se generaron información y recomendaciones adicionales […] para el desarrollo del Plan maestro del centro universitario mismo que fue concluido en 2022 y que sustituyó los estudios y propuestas universitarias anteriores”, señala la tarjeta informativa compartida con El Diario NTR.
Parte de la ejecución del proyecto será “un análisis riguroso para determinar la capacidad de carga (número de alumnos, profesores y personal administrativo) que puedan utilizar de forma simultánea las instalaciones a corto, mediano y largo plazo. Las carreras y programas del centro universitario definen el tipo de residuos sólidos, líquidos y gaseosos que generará el centro universitario y el consumo de agua y de energía”. También, insiste, “se requiere contar con una manifestación de impacto ambiental de la construcción del centro universitario según el Plan maestro arquitectónico y paisajístico aprobado para el mismo”.
Dado los altos niveles de marginación social e inseguridad existente en el entorno y las condiciones particulares de un centro universitario ubicado en la ladera de un volcán extinto con pendientes pronunciadas, “se debe retomar el proceso de diálogo social para lograr un co-diseño participativo del centro universitario y de sus instalaciones. Este diálogo incluye la caracterización de los servicios complementarios de movilidad, acceso y reactivación económica que requiere el entorno, así como elementos relacionados con contaminación atmosférica”.
Ante el alto nivel de contaminación atmosférica en la zona de Miravalle, “la restauración de la vegetación y la reforestación del predio se debe realizar como actividad prioritaria para l mitigación del cambio climático, incorporando procesos de captura de carbono y descontaminación del aire. También se deben colocar estaciones que midan la contaminación atmosférica tanto en el área verde como en las zonas urbanas del Cerro del Cuatro. Esto se debe realizar en colaboración y con el financiamiento de los gobiernos estatales y municipales. El tema de contaminación atmosférica no fue parte de este estudio de caracterización del predio”.
EH
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