La reflexión conjunta, la escucha atenta y los consensos colectivos son fundamentales para diseñar estrategias que den rumbo a las acciones a favor de la construcción de la paz en un país sumido en la violencia diaria. De ahí que sea relevante la convocatoria para participar en la Conferencia Nacional de Paz, que comienza hoy y concluye pasado mañana, en el Museo de Memoria y Tolerancia, de la Ciudad de México.
La convocan 175 organizaciones y colectivos que, ante las distintas violencias que padece el país consideran que combatirlas desde las causas es una responsabilidad compartida, y puntualizan una afirmación contundente: “mientras se siga creyendo que sólo debe ser tarea del gobierno, no habrá paz”. Es claro, afirmo, que ningún gobierno ni partido político puede por sí solo con el paquete. La conferencia subraya que “es urgente detener las violencias, todas ellas, en todos los planos de nuestras vidas”.
Aseguran los convocantes que ven con preocupación que, a pesar de todas las agresiones que se acumulan día a día, “no hay un consenso nacional para construir una cultura de paz desde todos los frentes posibles”. Observan, en cambio que esas violencias se están usando cada vez más para ahondar las diferencias que nos están separando”. Si no hacemos nada, el año 2024 podría ser aún más grave, advierten.
Por eso hoy estarán reunidas todas las voces y todos los grupos “que hemos vivido las violencias en carne propia”, así como quienes han dedicado una parte fundamental de su vida a la construcción de una cultura de paz, en momentos y espacios diversos. “Queremos hablarnos, escucharnos, comprendernos, respaldarnos. Queremos imaginar y construir todas las salvaguardas posibles para enfrentar las violencias y encontrar todos los caminos para la paz”.
Durante la conferencia nacional se escucharán y compartirán las propuestas de personas y grupos que han vivido la violencia y de quienes están amenazados por distintas formas de violencia. Hoy se hablará de feminicidios, desaparición forzada, violencia contra niños, niñas y adolescentes, pueblos indígenas, jornaleras, migrantes y defensoras de territorio. Mañana de los grupos que viven distintas modalidades de amenaza, como son periodistas, pacientes sin medicamentos, la comunidad LGTBQ, académicos y estudiantes, trabajadoras sexuales, del hogar, repartidores, personas en reinserción social, en situación de calle y consumidores de drogas. Para el jueves escuchar a las organizaciones que han trabajado en defensa de esos grupos y en la construcción de paz.
Como se observa, la gama de víctimas de la violencia es amplia en México. ¿Cómo salir de la espiral ascendente de agresiones? Que hablen primero quienes han sido víctimas es acertado. La victimización puede disminuir, en parte, cuando la persona es escuchada, obtiene aprendizajes, resignifica lo ocurrido, recupera la autoestima, se blinda emocionalmente, rompe el estrecho modelo mental víctima-victimario y reconstruye su vida.
En el caso de los medios informativos y los periodistas, ¿qué podemos hacer para contribuir a la cultura de paz? Es una pregunta que tendríamos que hacernos. Pueden surgir muchas propuestas. Una, sin ser la única, es incluir en la agenda informativa diaria casos exitosos, esperanzadores, motivadores, de personas, grupos, comunidades o instituciones que están realizando una serie de acciones que fomentan la cultura de paz, sin que en muchas ocasiones se les encuadre en ese concepto. Implica para los reporteros aguzar la mirada para descubrir a los personajes e historias. De hecho, algunas empresas e informadores lo hacen ya; ahora, habría que fomentarlo de manera sistemática, incorporando al cuerpo editorial al nuevo enfoque o perspectiva.
La cultura de paz descansa en una visión humanista. Donde el yo se convierte en igual a tú. En otro grado de consciencia. Quizá no lo notes, pero lo que te sucede a ti, me sucede a mí; lo que ocurre conmigo, a ti también te afecta. Y caminamos juntos.
Twitter: @SergioRenedDios
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