En una polémica decisión para los miembros de la comunidad cultural, el cabildo de Tonalá ha autorizado la donación del predio que alberga el Museo Nacional de la Cerámica Jorge Wilmot al recién creado Instituto Tonalteca de las Artesanías. Esta medida ha generado descontento entre gestores, artistas y promotores culturales de esta localidad.
Bajo el acuerdo de cabildo número 668 y 669 se ha aprobado la entrega del terreno ubicado en Constitución 104, colonia Centro, que ha sido la sede oficial del Museo Nacional de la Cerámica Jorge Wilmot. Dicha acción ha despertado una fuerte oposición de la comunidad cultural tonalteca, que considera que esta decisión es contraproducente para el desarrollo artístico del municipio.
El Museo Nacional de la Cerámica Jorge Wilmot no solo posee un valor estético y arquitectónico significativo, sino que también ha sido testigo de importantes momentos en la historia cultural de Tonalá. Esta edificación fue la primera Casa de Cultura del municipio y el lugar donde se estableció el primer Patronato encargado de la identificación, registro, conservación, resguardo y difusión del patrimonio cultural material e inmaterial de Tonalá. En 1985, bajo la dirección de José María García Galván, se inauguró el primer museo de la localidad.
Además, el recinto alberga una vasta colección de arte cerámico proveniente del Premio Nacional de la Artesanía. Asimismo, el museo resguarda piezas prehispánicas de arte cerámico de Tonalá. El Museo Nacional de la Cerámica Jorge Wilmot está registrado como patrimonio cultural a nivel municipal, estatal y federal, ya que forma parte de la red nacional de museos.
“La responsabilidad de su cuidado recae en la Dirección de Cultura y así debe seguir siendo. No debería caer en manos de personas sin la autoridad ni los conocimientos necesarios para proteger el patrimonio cultural de los tonaltecas”, señala la comunidad cultural en un comunicado. La comunidad cultural de Tonalá, como María Elena Venegas, Teresa Figueroa, Abigail Limón, Griselda Olvera, Elizabet Nuño Gutiérrez y Fabiola López Ibarra, entre otros, pide diálogo con las autoridades locales para exponer los argumentos en contra de esta decisión.
María Elena Venegas señala que históricamente los museos han sido administrados por las direcciones de cultura y tienen otro objetivo mucho más amplio que el que le puede proporcionar el Instituto de la Artesanía Tonalteca. “Nos preocupan dos cosas: que se pierda este espacio cultural que tiene una vocación desde 1985 y el destino del acervo”.
Este espacio tiene un acervo que incluye lo mejor del arte cerámico del país e incluso algunas piezas prehispánicas. Por su parte, el director de cultura de Tonalá, Guillermo Covarrubias, considera que lo que pasó es que no se socializó la información con la comunidad cultural. Agrega que esta decisión del cabildo no implicaría que se desaparezca el museo o que se convierta en una tienda de artesanías. “El museo va a seguir funcionando como está, solo cambia la vocación”, señala.
El problema con este cambio en el museo es que los regidores, que en muchas ocasiones desconocen el funcionamiento de los espacios, proponen ideas que para ellos son innovadoras, pero que carecen de conocimiento. Los museos deberían ser operados por las direcciones de cultura, primero porque en la mayoría de las ocasiones los funcionarios que están al frente de estas dependencias son miembros de la comunidad y tienen una mejor idea de lo que implica un museo y un acervo, en comparación con un regidor, cuyas aspiraciones son más políticas que culturales.
Este espacio es relevante no solo para Tonalá, sino también para todo Jalisco por su colección.
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