La semana pasada se publicó la última Encuesta Citibanamex de Expectativas. Esta encuesta recopila los pronósticos de 32 instituciones sobre el desempeño de la economía mexicana para los cierres de 2023 y 2024.
¿Qué pronósticos hay sobre el crecimiento económico? En promedio, se espera que la tasa anual de crecimiento del PIB disminuya de 3.4 a 2.1 por ciento. Así, los pronósticos implican que la economía perderá dinamismo en 2024.
El menor crecimiento sin duda tendrá repercusiones negativas sobre la producción, el consumo y el empleo. Estas repercusiones podrían inducir mayores niveles de gasto público y de déficit en las finanzas públicas.
¿Qué pronósticos hay sobre la inflación? En promedio, se espera que la tasa anual de inflación descienda de 4.57 a 4.03 por ciento. Así los datos sugieren que el Banco de México alcanzará su meta inflacionaria en 2024 o 2025.
Las tasas esperadas de inflación subyacente para 2023 y 2024 son, respectivamente, de 5.15 y de 4.01 por ciento. Estas tasas sugieren que los alimentos y combustibles aumentarán de precio en mayor medida que otros bienes y servicios.
¿Qué pronósticos hay sobre el tipo de cambio? En promedio, se espera que el precio del dólar aumente de 17.77 a 18.65 pesos. Así, los pronósticos implican que el peso experimentará una ligera depreciación a lo largo del año.
¿Qué pronósticos hay sobre la tasa de fondeo bancario? En promedio, se espera que la tasa anual de fondeo disminuya del 11.25 a 9.15 por ciento. Así, los pronósticos sugieren que el próximo año bajarán las tasas de interés.
Los pronósticos sugieren que en 2024 habrá contrastes económicos y financieros, y potenciales problemas en la producción, el empleo y las finanzas públicas. Particularmente, debido a la coyuntura electoral, mi impresión es que los mejores indicadores se verán durante la primera mitad del año.
En mi opinión, los pronósticos sugieren que 2024 será un año complejo y que será necesario mantenerse alerta sobre la economía. Sin embargo, también debo señalar que los mismos sugieren que no estamos frente a ningún abismo económico ni financiero.
Finalmente, sirva esta última línea para desearles que las fiestas decembrinas renueven nuestros ánimos en 2024. Mis mejores deseos.
*Economista e investigador de la UdeG
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