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V�CTIMAS MORTALES. El desborde del 25 de septiembre dej� nueve personas muertas y una m�s desaparecida. (Foto: Especial)
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Un estudio realizado por el equipo científico de la Unidad Estatal de Protección Civil y Bomberos Jalisco (UEPCBJ) concluye que hay altas posibilidades de que el desastre ocurrido en Autlán de Navarro el 25 de septiembre, cuando el desborde del arroyo El Cangrejo dejó nueve personas muertas y una más desaparecida, se pueda repetir.
El documento especifica que hay factores naturales que causan la recurrencia del fenómeno que, sumados a la actividad humana, podrían desencadenar otro episodio similar en el futuro.
“En el poblado El Jalocote, la inestabilidad y alteración de la roca, los factores morfológicos e hidrometeorológicos pudieron propiciar el flujo de detritos (escombro), lo cual indica la alta factibilidad de ocurrencia de eventos similares en el futuro”, describe el estudio.
El texto indica también que los diferentes afluentes del arroyo, combinados con las pendientes en la sierra, lluvias fuertes y deforestación generan un alto riesgo de repetición del fenómeno; sin embargo, Protección Civil del estado no emite recomendación alguna de prevención en el material.
NTR tuvo acceso al estudio, titulado Análisis del fenómeno derivado de la tormenta ocurrida la madrugada del 25 de septiembre de 2023 en las poblaciones de El Jalocote y Lima, Autlán, Jalisco, y elaborado por la UEPCBJ tras el desastre.
En primera instancia la autoridad evitó su entrega y fue hasta que el Instituto de Transparencia, Información Pública y Protección de Datos Personales del Estado de Jalisco (Itei) intervino en dos ocasiones que decidió hacerlo público. Por el ocultamiento incluso se impuso una amonestación pública al titular de Transparencia de la UEPCBJ, Jorge Arturo López Ortiz.
Previo a la entrega del estudio, en el periódico oficial El Estado de Jalisco se publicó un dictamen de la UEPCBJ que señala que el fenómeno causante de la tragedia fue una remoción de masa del tipo de flujo de escombros, también conocida como movimiento de ladera.
EL MÉTODO
El análisis entregado a este medio, presentado mediante 24 láminas, contiene en su mayoría mapas de la microcuenca de El Jalocote, de la cual forma parte el arroyo El Cangrejo.
Para su elaboración e investigación el equipo científico de Protección Civil realizó recorridos en helicóptero y vuelos de dron. Además, se hizo un análisis geográfico, meteorológico e hidrológico de la microcuenca y a partir de ahí se revisaron las condiciones de humedad, temperatura y más factores que se presentaron el día de la tragedia.
Al tomar fotografías aéreas de la parte alta de la microcuenca se encontró que el punto de origen del fenómeno ocurrió en una zona afectada por deforestación e incendios y que, además, cuenta con fuertes pendientes.
“Se puede observar el fracturamiento de las rocas, las fuertes pendientes, la deforestación, algunos árboles afectados por la sequía o incendio. Se pueden observar además zonas donde los materiales se desprendieron y las rutas de los detritos”.
El 25 de septiembre, la corriente arrastró piedras con bloques angulosos y diámetros de entre 0.60 y 1.5 metros, material que se acumuló en el cruce de dos cauces del arroyo y, al final, provocó la inundación y el daño a las viviendas.
FACTORES HUMANOS
En la investigación también se pone atención a dos factores humanos que contribuyeron a la tragedia. En primer lugar, la deforestación y un incendio forestal en la zona de origen del movimiento de ladera.
Sobre el incendio, ocurrido en junio de 2023, el equipo de la unidad estatal detectó que mayormente fue de baja severidad, aunque hubo al menos siete puntos con severidad moderada o alta.
El otro factor humano fue que había viviendas ubicadas dentro del cauce, lo que las puso en alto riesgo. De hecho, fueron las principales afectadas.
“En la localidad se observa que hay viviendas afectadas en zonas de riesgo enclavadas dentro de la cañada general del cauce, por lo cual las localidades afectadas en sí son vulnerables a diversos fenómenos perturbadores, hidrometeorológicos y geológicos”.
jl/I
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