Fue en 2018, el último año de gobierno de Aristóteles Sandoval como mandatario de Jalisco y también el último de Enrique Peña Nieto como presidente de México. Habían pasado apenas dos meses de la desaparición en Tonalá de tres estudiantes de cine de la Universidad de Medios Audiovisuales y un mes de que las autoridades estatales salieran en una rueda de prensa a informar que había elementos suficientes para asegurar que Javier Salomón Aceves, Jesús Daniel Díaz García y Marco Francisco García Ávalos habían sido asesinados.
Era 21 de mayo. El entonces secretario del Trabajo y ex fiscal del estado, Luis Carlos Nájera, fue víctima de un atentado en un exclusivo restaurante de la zona de Chapultepec. Los atacantes, en su huida, incendiaron vehículos y bloquearon vialidades. Uno de ellos fue un camión del transporte público en Mariano Otero y avenida Las Torres. Ahí viajaban Tadeo, un bebé de 8 meses que el sábado posterior sería bautizado, y Elizabeth, su mamá. Ambos fueron víctimas de este hecho.
Al día siguiente, 22 de mayo, Nájera dio una rueda de prensa. Con la mano vendada, a raíz de una herida de bala, el funcionario dio algunas declaraciones sobre la agresión en su contra, mientras que el gobernador informaba que Tadeo había muerto debido a las lesiones causadas por el fuego que los alcanzó a él y a su madre, quien falleció finalmente tres meses después, en agosto, por las mismas razones, aparentemente sin saber que su hijo había perdido la vida.
Luis Carlos Nájera renunció a finales de ese mayo y, en 2023, los tres imputados por el caso de Tadeo y Elizabeth fueron condenados a 18 años de prisión.
Han pasado seis años. Ahora nos gobiernan otros distintos, de otros partidos. Pero parece que las condiciones para vivir en este país, en cada uno de sus estados y de sus municipios, no son diferentes a las de entonces. No solo no han mejorado, sino que hasta parecen haber empeorado.
Hace un par de días Dante Emiliano perdió la vida, en Tabasco. Hasta ayer la información aún era confusa y había varias versiones sobre los hechos, pero lo que sí está confirmado es que el adolescente estudiante de secundaria, de 12 años, murió luego de que, a las puertas de la casa de su abuela, recibiera varios balazos. Emiliano fue trasladado al hospital, pero no pudieron salvarlo.
Aunque lo evité, fue imposible no ver el video, que saltó en todas las redes sociales posibles, replicado por reconocidos periodistas y medios, con la agravante de que algunos ni siquiera se preocuparon por tapar su rostro, por resguardar la identidad de Emiliano, un menor de edad.
La Red por los Derechos de la Infancia en México publicó a inicios de este año que durante 2023 en el país se registraron 894 homicidios dolosos de personas de entre 0 y 17 años.
¿Cuánto le debemos a la niñez mexicana? ¿Cómo hemos llegado a este punto en el que los Tadeos y los Emilianos corren peligro de muerte solo porque sí, por haber nacido en esta tierra?
Porque no son solo ellos. Los ejemplos sobran. Menores que sufren tanto a manos de la delincuencia organizada como de los criminales ordinarios. Es Camila, en Taxco; Daleyni, en Teocaltiche; Fátima, en la Ciudad de México; son los adolescentes secuestrados y muertos en Zacatecas el año pasado.
Son 2.4 menores asesinados en promedio cada día; 72 al mes. Niños, niñas y adolescentes.
Nuestros.
X: @perlavelasco
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