Quienes hace muchos años han trabajado desde la sociedad civil y la academia para visibilizar la contaminación en el río Santiago coinciden en que la actual administración estatal nunca los tomó en cuenta. Como consecuencia, cometió los mismos errores que los gobiernos anteriores y, a pesar de la millonaria inversión en infraestructura, no resolvió el problema.
En los últimos días hemos visto un despliegue publicitario por parte del gobierno estatal sobre su programa denominado Revivamos el Río Santiago. Todos los días publica un inserto en algunos periódicos afines, en el que da como un hecho que “en este gobierno revivimos el río Santiago”, a través de una serie de acciones “sin la colaboración del gobierno federal”.
En la publicidad gubernamental se señala que se invirtieron 4 mil 600 millones de pesos y entre las obras se menciona a la construcción de 19 plantas de tratamiento de aguas residuales, la ampliación de la planta de El Ahogado, la denominada línea morada de reutilización de agua tratada, un modelo de atención para enfermos renales y dos nuevos hospitales y una unidad de hemodiálisis.
Las obras están ahí, de eso no hay duda. Sin embargo, a pesar de la millonaria inversión cada una de esas acciones ha sido cuestionada, pues el resultado es el mismo: el río sigue contaminado. Ayer, El Diario NTR Guadalajara dio a conocer que los mismos datos del visor del programa Revivamos el Río Santiago muestran cómo se arroja agua sin tratar, además de la fuerte presencia de coliformes fecales y metales pesados.
La obra más importante es la ampliación de la planta de tratamiento de aguas residuales de El Ahogado, que está estrechamente ligada a la llamada línea morada. Alan Carmona, integrante de la organización ciudadana Un Salto de Vida, explicó que con esta obra más que reducir el agua contaminada que se vierte al río, se buscó resolver la crisis de abasto de agua para algunas industrias.
Lo anterior significa, precisó, que se invirtieron recursos públicos para ampliar la planta y el agua que se trata se usará para garantizar el abasto a las industrias.
Esta es una de las dos plantas que conforman el sistema de saneamiento de la zona metropolitana, un proyecto que se definió con el ex gobernador panista Emilio González Márquez, junto con la planta de Agua Prieta.
Manuel Villagómez, presidente de la Fundación Cuenca Lerma-Santiago-Chapala consideró que la planta fue una mala decisión desde el comienzo, porque no tiene la capacidad para tratar el agua que se vierte en esa zona, que es de tipo industrial. Además, denunció que se transformó en un negocio, pues durante el actual gobierno se entregó el manejo a la empresa Mitsui & Co Infrastructure Solutions, a la que se pagan cada mes más de 26 millones de pesos.
En cuanto a las plantas de tratamiento construidas en varios municipios, Graciela González, de Un Salto de Vida, señaló que todavía no funcionan y recordó que esta estrategia no funciona, porque en los últimos años se ha visto que los municipios abandonan sus plantas porque es demasiado costoso mantenerlas en funcionamiento.
En cuanto a los espacios de salud, Graciela González dijo que serán insuficientes por la cantidad de personas con problemas de cáncer y renales, sin contar que, al seguir las descargas industriales y la construcción de miles de viviendas a lo largo del río, solo se podrá empeorar.
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