Comienza una etapa compleja y pocas veces experimentada en el sistema político y de gobierno en nuestro país. Nos encontramos a 28 días de la extinción del mandato del sexenio que concluye e iniciará, a partir del primero de octubre, una nueva administración. No se trata del simple cambio administrativo, sino de la forma en la que se está desarrollando este periodo que, tradicionalmente, constituía una fase de transición, en la que, respecto de los dos presidentes, uno en funciones y el otro electo, el esquema de fuerza y poder, se trasladaban de manera normal hacia la nueva presidencia.
La conclusión de la administración de Andrés Manuel López Obrador plantea un escenario no experimentado en ninguna de las transiciones anteriores. En sus alocuciones recientes, sigue planteando sus temas en futuro, circunstancia que deja en claro que el peso, no solamente de su influencia sino de su participación en la nueva administración, continuará desarrollándose con su marca, seguimiento y estilo. Cuando uno trata de escudriñar en las participaciones de la presidenta electa no se logra desprender la perspectiva personal que tiene sobre su papel en la siguiente administración.
El reto para Claudia Sheimbaum no es sencillo. El área de influencia de Morena y aliados concentra el control de 24 de los 32 estados de la Federación. El esquema de presencia de esos estados se desarrolló como una línea central de gestión del líder de ese partido, es decir, del presidente.
Por otra parte, con 364 escaños en la Cámara de Diputados, logra la mayoría necesaria para no tener que negociar nada con la oposición. De igual forma, se establece una mayoría similar en la Cámara de Senadores. con lo que la operación legislativa se convierte, de facto, en un escenario de mero trámite para el Ejecutivo. Sin embargo, la marea interminable de proyectos de modificaciones constitucionales de la actual Presidencia no deja ver cuál es el verdadero margen de maniobra de la presidenta electa. Así, desde el 1 de septiembre de 2021 se encuentra instalada la LXV Legislatura, que culminó su periodo el 31 de agosto de 2024. Nuevamente, el sistema de mayoría en las cámaras se gestó, igualmente, como una línea central de dirección del líder de la 4T, es decir, nuevamente, del presidente.
De igual forma, un gabinete presidencial en el que, si bien, algunos de los nombramientos constituyen personajes con una carrera al lado de la presidenta electa, el conjunto complejo, repite una considerable cantidad de nombres con posiciones importantes que dejará en herencia el actual presidente.
Este periodo, normalmente de transición, tiene una enorme traza de convertirse en el esquema de ampliación de mandato de la presidencia actual sobre la que sigue. Se trata, definitivamente, de ir marcando los límites y alcance de las pretensiones de extensión contra las propuestas de una nueva administración que, aunque obtuvo el triunfo en las urnas, le están adosando de forma contundente los derechos de autor y propiedad del triunfo. El tamaño de la acción administrativa se verá en el desarrollo de los primeros 100 días. Esperemos que haya consistencia y proyección.
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