Con motivo del Día Internacional para la Prevención del Suicidio del 2024, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) nos presentó información sobre el suicidio en México correspondiente al año 2023 y en ella da cuenta de que se presentó el mayor número de suicidios desde que lleva el registro con 8 mil 837, incluidos 7 mil 163 casos en hombres y mil 672 casos en mujeres, lo que representa que se suicidan 4.28 hombres por una mujer. Asimismo, que en todas las edades en los quinquenios de 10 a 14 años hasta de 60 y más años los varones se suicidan más que las mujeres.
Desde hace tiempo, las y los psicólogos sabemos que a las líneas telefónicas de emergencias psicológicas llaman para solicitar ayuda aproximadamente cuatro mujeres por cada hombre y que normalmente a consulta psicológica pública o particular acuden más mujeres que hombres.
Todo ello nos ilustra que ante las crisis de la vida normalmente las mujeres tienen más desarrollada la actitud para solicitar ayuda y a compartir sus problemas, mientras que a los hombres les genera más problema solicitar el apoyo profesional, ya sea por el estigma de que no pueden estar “locos” o porque no quieran sentir que su solicitud de ayuda sea una demostración de debilidad que atenta contra su virilidad.
Claro que también en los suicidios influye, en forma muy significativa, que tanto los hombres como las mujeres se encuentran con servicios psicológicos insuficientes y, en consecuencia, de baja calidad cuando deciden solicitar ayuda profesional en las instituciones públicas de salud.
Por ello hoy hacemos un llamado a que los hombres, pero también las mujeres, reconozcan que tienen derecho a recibir apoyo profesional para la protección de su salud mental. Es importante que acepten que si bien los servicios de salud mental se brindan a personas con severos problemas psicológicos y psiquiátricos, también se brindan a personas con asuntos no tan graves o, incluso, a personas que sin tener problemas significativos requieren la ayuda de las y los psicólogos para fortalecerse como personas y para lograr un mejor estado de bienestar, productividad académica y/o laboral, y para establecer relaciones interpersonales satisfactorias y para contribuir a construir una mejor sociedad.
El compromiso del Estado mexicano, plasmado en la reforma a la Ley General de Salud en materia de salud mental y adicciones, es que los servicios públicos de salud mental sean suficientes, de calidad, incluyentes y éticos en beneficio de todas, todos y todes.
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