Problemas heredados

2024-10-01 06:00:00

Ayer, la doctora Claudia Sheinbaum Pardo asumió la Presidencia de México para el periodo 2024-2030. Su administración inicia con una serie de problemas económicos heredados que pueden ser un peligro mayor para el país. Entre estos destacan la falta de crecimiento económico y la incertidumbre por el debilitamiento de las instituciones que regulan la vida económica.

Hoy, la falta de crecimiento es el mayor problema económico. Los datos preliminares del Inegi muestran que, entre los trimestres 2018:T4 y 2024:T2, el PIB per cápita disminuyó 1.02 por ciento en términos reales. Esta caída puede atribuirse parcialmente a la pandemia de Covid-19, pero también, a la falta de inversión en infraestructura y a las políticas “de austeridad” de la pasada administración.

La falta de crecimiento económico refleja seis años de malas decisiones. Si de verdad se quiere mejorar la calidad de vida de los mexicanos y reducir la desigualdad, la nueva administración deberá emprender estrategias y acciones contundentes. Sin duda, las estrategias deberán ir más allá de mantener los programas sociales vigentes.

Las acciones necesarias para promover el crecimiento involucran compromisos para la nueva administración. En este contexto, el gobierno deberá aumentar la recaudación fiscal, reducir sus deudas y, ahora sí, establecer criterios de eficiencia y eficacia sobre las finanzas públicas. Asimismo, deberá promover acciones orientadas a generar empleos, mejorar los salarios y reducir la pobreza.

La administración de Sheinbaum, además, hereda un problema de incertidumbre institucional. La administración pasada debilitó y buscó extinguir las instituciones que establecían, mejoraban y hacían valer “las reglas del juego” en la vida económica. Estas decisiones gubernamentales indujeron incertidumbre y desconfianza. Más aun, redujeron los potenciales beneficios del nearshoring.

La administración pasada hizo grandes esfuerzos para debilitar las instituciones bajo el pretexto de acabar con la corrupción y el dispendio. Sin embargo, ni la corrupción ni el dispendio fueron comprobados. Pese a ello, todavía hay quienes abogan por desmantelar las instituciones; pese a que la relativa estabilidad económica y financiera del país dependen de las tales instituciones.

La incertidumbre institucional podría acarrear graves consecuencias para el país. Los acuerdos internacionales, como el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá, podrían estar en peligro. Todos los acuerdos comerciales exigen un marco regulatorio sustentado en instituciones confiables e imparciales para garantizar el comercio, la inversión y los derechos de propiedad.

En mi opinión, la nueva presidenta debe gobernar para todos los mexicanos, sean afines a Morena o no. Para ello se deben establecer acuerdos para atender la falta de crecimiento económico y la incertidumbre institucional. Las políticas públicas y las instituciones siempre pueden mejorar pese a las inercias. Lo importante es que haya voluntad y decisión para hacerlo.

En conclusión, la administración de Sheinbaum no tiene más opción que corregir los problemas económicos heredados. No será nada fácil hacerlo. Si la presidenta decide continuar con las decisiones pasadas, asumirá el triste papel de albacea de la herencia de López Obrador, perpetuando así el retroceso económico en el largo plazo.

*Economista e investigador de la UdeG

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