¡Ah, qué Varguitas! ¿De veras cambiaste la Constitución?
Luis Estrada
Cuando se proyectó por primera vez La ley de Herodes (1999) de Luis Estrada, todos reconocieron que era una crítica mordaz al régimen priista, el cual finalizó al siguiente año con el triunfo del panista Vicente Fox. Estrada nunca imaginó que, en realidad, estaba vaticinando un futuro que se haría presente seis sexenios posteriores (24 años) y del cual ahora somos testigos.
El batidero legislativo que los legisladores de Morena, junto con las rémoras de los partidos Verde y del Trabajo, está afectando no solo al Poder Judicial, sino también al recurso de amparo –el cual permite a los ciudadanos defenderse de los abusos del poder político– y a la Constitución misma.
Escudados en el supuesto mandato directo del pueblo que les dio la mayoría legislativa en ambas cámaras del Congreso de la Unión, impulsan reformas constitucionales que, primero, crearán una crisis constitucional inmediata; y, segundo, debilitarán peligrosamente al Poder Judicial una vez que se elijan los nuevos ministros, magistrados y jueces, debido a la falta de experiencia de los nuevos juzgadores.
Ocho ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ya presentaron su renuncia a su cargo y la declinación a participar en la elección, programada para el primer domingo de junio de 2025, dado que, como expresó el ministro Juan Luis González Alcántara Carrancá en su carta de renuncia, “la considero antiética a mi labor, a mi vocación… no a los clamores de las mayorías”, algo que es posible imaginar, los otros ministros piensan de igual manera (también la mitad de jueces y magistrados renunciaron al cargo y a participar en la elección).
A este ministro también le tocó elaborar una ponencia para resolver la acción de inconstitucionalidad 164/2024 (y otras más) sobre la reforma judicial, presentada por varias instancias políticas. Al circular la ponencia, de inmediato vinieron las descalificaciones de los congresistas morenistas y la titular de la Presidencia, y se adelantó que no acatarían las resoluciones la cual establece que “es parcialmente procedente y parcialmente fundada la presente acción de inconstitucionalidad” (invalidar parcialmente la reforma, pues).
La votación se llevará a cabo el próximo martes 5 de noviembre (el mismo día de la elección presidencial en EUA) y, de aprobarse por los ocho ministros renunciantes (claro que no por las tres ministras cercanas a la 4T), se estaría en desacato ante la sentencia. Sin embargo, esta es la mejor oportunidad para que se recapacite y se evite destruir al Poder Judicial (especialmente con la destitución de jueces y magistrados) y se ahorren 13 mil millones de pesos (lo que costaría la elección).
Sería bueno que, para no descuartizar la Constitución como se está haciendo (con mayorías calificadas artificiales, chantaje a legisladores de oposición y ausencia de debate real) se considere que “algo tan trascendente para la democracia como la reforma a la Constitución debe ser fruto del seguimiento puntual de las reglas establecidas para tal efecto” (Amicus curiae).
X: @Ismaelortizbarb
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