En la historia de la astronomía, pocas veces ha existido una familia de fabricantes de telescopios como la de Alvan Clark y sus hijos Alvan Graham Clark y George Bassett Clark. En la segunda mitad del siglo 19, pocos fabricantes, tanto en Estados Unidos como en el extranjero, podían igualar la reputación de calidad de la firma Alvan Clark & Sons
Gary L. Cameron, ‘Biographical Encyclopedia of Astronomers’, Springer, New York-Heidelberg-Dordrecht-London (2014), p. 432
Ya he comentado en esta columna acerca de la primera patente en el mundo para lo que ahora conocemos como telescopio (ver El Diario NTR, El pegaso de Sigüenza, 25 de agosto de 2019), la otorgada al catalán Juan Roget, cerca de dos centurias después en el continente americano la rápida expansión de la práctica astronómica durante el siglo antepasado implicó la necesidad de más y mejores instrumentos y como relata Gary L. Cameron, profesor en el Departamento de Física y Astronomía de la Iowa State University, además de su calidad fue tal su éxito que “la empresa Clark produjo casi 600 telescopios en un período de 50 años y nunca empleó a más de un puñado de trabajadores” (Op. Cit.), incluidos entre ellos algunos de los grandes refractores de esa época.
El patriarca Alvan Clark nació el 8 de marzo de 1804 en Ashfield, Massachusetts, e inicialmente era un retratista especializado en miniaturas y grabador, quien se involucró en el tema de los telescopios por un problema en el nuevo refractor del observatorio de Harvard, y como menciona Henry C. King, director del Planetario McLaughlin de Toronto, Canadá: “El hecho de que su país tuviera que depender de Europa para grandes telescopios como los refractores de Cincinnati y Harvard debe haber sido un punto delicado para muchos estadounidenses de mentalidad práctica” (The History of the Telescope, Dover Pub., Mineola NY 2003, p. 255), citado en el libro de King –originalmente publicado en 1955– Alvan Clar padre dice sobre lo que él percibió del telescopio que le habían permitido observar: “Sin embargo, estos errores fueron muy pequeños, justo los suficientes para dejarme en plena posesión de toda la esperanza y el coraje necesarios para darme un comienzo, especialmente cuando me informaron que este sólo objeto de vidrio costaba $ 12,000” (Op. Cit.); una vez que aprendió y perfeccionó el arte de la fabricación de lentes para telescopios estableció la empresa junto con sus hijos Alvan Graham y George Bassett.
Entre los telescopios construidos por los Clark están el del US Naval Observatory, el de Pulkovo, en Rusia, el objetivo del Lick Observatory y el más grande del mundo de 40 pulgadas para el Yerkes Observatory de la Universidad de Chicago.
Podemos leer en la patente norteamericana 8509 otorgada el 11 de noviembre de 1851: “Sepan que yo, ALVAN CLARK, de Cambridge, en el condado de Middlesex y el estado de Massachusetts, he inventado una nueva y útil mejora en los telescopios”, con ella se facilitaba el mantenimiento de los lentes.
X: @durrutydealba
jl/I
|