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PREOCUPANTE. Malik Nabers, de Giants, no recuerda la jugada en la que sali� conmocionado. (Foto: Agencia EFE)
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"No puedo acordarme de la última jugada en la que estuve en el campo y eso resulta aterrador", dijo Malik Nabers, receptor abierto de New York Giants, dos semanas después de la conmoción cerebral que sufrió el 26 de septiembre.
Nalbers, quien cumplió 21 años el 28 de julio, convulsionó luego de recibir un pase de Daniel Jones que aseguró con las manos, por lo que en su desplome sobre el césped artificial chocó de frente con la careta del casco, un impacto contundente que lo dejó tendido y dos semanas inactivo.
"Amo este juego hasta la muerte. Estoy dispuesto a asumir el riesgo. Si tienes un pensamiento de temor es momento de decir basta. Así que saldré al campo a disfrutar", manifestó a periodistas el mariscal de campo Tua Tagovailoa tras recibir el alta médica, días después de sufrir la cuarta conmoción cerebral desde 2022.
Al conductor de Miami Dolphins nacido hace 26 años en Ewa Beach (Hawái) no parecen intimidarle las voces especializadas que le han recomendado poner fin a su carrera.
Los casos de Nalbers y Tagovailoa son tan similares como dramáticos como los de Chris Olave, de Saints; y el del chileno Sammis Reyes, de Vikings.
Y son hoy las cuatro historias más recientes y dramáticas de conmoción cerebral en la NFL.
Desde el 2015 la NFL comenzó un seguimiento a estas lesiones.
Como resultado de las observaciones, en 2023 la revista médica JAMA Neurology, especializada en ciencias del cerebro, encontró que un tercio de ex jugadores de fútbol americano reportaron indicios de enfermedad cerebral degenerativa conocida como encefalopatía traumática crónica (ETC).
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