Siempre hay que volar alto donde algunos gestos no puedan herirnos, donde algunas personas nunca puedan llegar
Alda Merini
A propósito del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, diré que las mujeres salimos al mundo con una mirada reflexiva y cada vez más consciente para intentar reconstruir una realidad en la que nos sintamos más humanas e infinitamente más libres. Porque debido a la idiosincrasia cultural parece que debemos ganárnoslo. Y así tendrá que ser, todas hemos de romper el silencio para evitar que nos roben las palabras.
El día 25 de noviembre marca el comienzo de la campaña Únete de la ONU, la cual comprende 16 días de activismo y concluye el 10 de diciembre, fecha que coincide con el Día Internacional de los Derechos Humanos. La estrategia tiene como finalidad visibilizar la urgencia de atender el tema, revitalizar los compromisos y exigir responsabilidad y medidas concretas a los responsables de la toma de decisiones. En éste 2024 el lema es “Cada 10 minutos una mujer es asesinada #NoHayEscusa. ÚNETE para poner fin a la violencia contra las mujeres”.
Ante ese enunciado, hay que recordar que en 2023 alrededor de 51 mil mujeres y niñas de todo el mundo murieron a manos de sus parejas u otros miembros de su familia, según la ONU.
Pero la violencia hacia ellas también tiene otras formas: “Iba cruzando el callejón y tuve que escuchar comentarios obscenos y groseros de un hombre mientras yo pasaba”. Mujer de 33 años. Testimonio anónimo.
“No he tenido novio, estoy gorda, no me gusta mi cuerpo. Mientras estaba en un antro, un chico me hizo comentarios agresivos sobre mi físico”. Mujer de 24 años. Anónimo.
“Tengo una relación con un hombre casado, es 17 años mayor, es mi maestro de la universidad”. Mujer de 31 años. Anónimo.
“Hoy aún es noviembre de 2024, fui acosada por el instructor del gimnasio al que asisto”. Mujer de 41 años. Anónimo.
En palabras de la escritora Virginia Woolf, en la mayor parte de la historia, anónimo era una mujer. Ya sea que escribiera poesía o incursionara en la ciencia.
La violencia hacia las mujeres y las niñas sigue siendo silenciada por un sistema que facilita la impunidad de los agresores, en donde impera la estigmatización y la vergüenza de las víctimas. Si tú que consideras que ellas debieron poner un límite antes, ponerse otra ropa, adelgazar o tener mejores valores, revisa tu contribución a la violencia hacia las mujeres de tu entorno. Es tiempo de romper tus pactos.
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