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NATURALEZA. El paleont�logo imparte una conferencia en el marco de la FIL. (Foto: Sonia Serrano)
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“Si el ser humano es la pregunta, la evolución humana es la respuesta”. Con esta afirmación comenzó Juan Luis Arsuaga su exposición sobre cómo los seres humanos somos producto de la continuidad.
Él paleontólogo español, director del Museo de la Evolución Humana de Burgos impartió ayer la conferencia “Si yo fuera un neandertal”, en el marco de la Feria Internacional del Libro (FIL) Ciencia.
Ante una sala llena, aclaró lo que siempre les advierte a sus alumnos, que si lo que contaba en ese espacio no servía afuera, “en el mundo”, estaban perdiendo el tiempo.
Juan Luis Arsuaga es autor de más de 30 libros, entre los que están dos en coautoría con el escritor Juan José Millás: La vida contada por un sapiens a un neandertal y La muerte contada por un sapiens a un neandertal.
Luego, llevó a la reflexión sobre si el hombre nace bueno o malo. Esto, a partir de lo expuesto por el filósofo Thomas Hobbes, de que el hombre es malo por naturaleza, es egoísta, y se vuelve bueno para construir sociedad.
Por otro lado, está lo expuesto por Jaques Rousseau, de que el hombre es bueno por naturaleza y se vuelve malo por la educación.
Arsuaga llevó a los asistentes al debate de quién tiene la razón en un recorrido por los hallazgos en la sierra de Atapuerca, en España, donde se han encontrado restos fósiles humanos de al menos cinco especies, con antigüedades de hasta 800 mil años.
En los restos fósiles se han encontrado lesiones por muertes por canibalismo o violencia, lo que, según Arsuaga, le daba la razón a Hobbes, pero también restos de muertes naturales, a favor de la teoría de Rousseau.
Su conclusión, es que el ser humano es tolerante dentro de su grupo e intolerante hacia afuera. Por eso, tenemos la capacidad de amar y odiar. Como conclusión, afirmó, “se puede educar para la tolerancia”.
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