Hace varias décadas, allá por los años setenta del siglo pasado, me integré a un grupo con el que presentábamos, ante diversos públicos, breves obras de teatro que llamábamos Malanguis. Estas actuaciones transcurrían en escenarios espontáneos, con argumentos generalmente improvisados, aunque seguían una línea discursiva previamente definida.
El objetivo de estas piezas era dejar un mensaje diseñado para la audiencia en cuestión, casi siempre con la intención de que los espectadores meditaran sobre un tema específico elegido para ellos.
Para que el mensaje penetrara entre la audiencia, era importante crear un ambiente adecuado en el escenario. Así, recuerdo haber participado en reuniones con familias y vecinos de la colonia como parte de una campaña que pretendía abatir la apatía en la comunidad y mejorar la comunicación entre los integrantes de las familias, lo que conseguimos con un éxito moderado.
La conclusión era más o menos simple: la comunicación es el engranaje que permite mover la maquinaria que soluciona problemas, a veces bastante complejos, que surgen entre las personas. Es esta una respuesta muy actual cuya fluidez permitiría resolver situaciones que, al desactivarse, pueden evitar incluso conflictos entre países, comunidades, sectas, organizaciones y cualquier otra agrupación humana existente.
El viernes pasado terminó, por fin, el sexenio de Enrique Alfaro Ramírez al frente del gobierno del estado de Jalisco. Como ya hemos comentado, queda a deber en muchos rubros importantes. Temas que, además, deja en herencia a Pablo Lemus Navarro, su sucesor, que deberá esforzarse en resolver pronto y paliar de inmediato.
Lemus ha tomado ya medidas para aliviar en principio algunos de los más urgentes. Por ejemplo, para tratar de ofrecer resultados lo antes posible en la tragedia de las desapariciones, decidió desde hace semanas crear un interlocutor institucional para hablar con las familias y colectivos de búsqueda de personas, que opere al más alto nivel el apoyo de su gobierno para agilizar la búsqueda de los ausentes. Además, el propio Lemus se reunirá con los colectivos de familias para escuchar sus inquietudes.
Al mismo tiempo, el gabinete de seguridad que presentó está conformado por personas que han trabajado con él en otras encomiendas y en cuyas capacidades confía, y se espera que ofrezcan una estrategia para detener el problema de las desapariciones. Más allá de eso, los colaboradores del gobernador en esta importante materia deberán plantear las líneas a seguir para abatir la inseguridad en general.
Mucho se ha hablado de las altas expectativas que ha despertado la llegada de Pablo Lemus como gobernador del estado. Ante la falta de resultados de su antecesor, los jaliscienses esperamos mucho del nuevo titular del Ejecutivo. Esto requiere resultados pronto, en especial en aquellas áreas en las que no los hubo en los últimos seis años.
Esperamos que la capacidad que Pablo ha demostrado en sus anteriores encargos, así como las relaciones que ha construido a lo largo de su trayectoria le permitan lograr, en un plazo corto, lo que merecen los jaliscienses.
Así sea.
X: @benortegaruiz
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