Compromisos por el derecho a la informaci�n

2024-12-10 06:00:00

Aunque similares, hay una diferencia de matiz entre “desaparecer” y “eliminar”. El primero implica dejar de estar a la vista o en lugar, y dejar de existir; el segundo se refiere a quitar o separar algo, prescindir de ello, y alejar o excluir a una o a muchas personas de una agrupación o de un asunto, de acuerdo con la Real Academia Española. El verbo “eliminar” suena más a una acción intensa o fuerte para acabar con la existencia de algo, sea una persona, grupo, institución, entre otros posibles eliminados, además de que esa palabra tiene una carga emocional de imposición, que puede llegar a lo autoritario. En cambio, “desaparecer” puede percibirse como algo más suave, que lleva al mismo fin de que algo no exista, pero sin sonar tan rudamente. En esa lógica, “ser desaparecido” sí es distinto a “desaparecer”. De ahí que, según el caso, convendría revisar cuándo es más adecuado o preciso escoger entre términos como “desaparecer” y “eliminar”, con sus variantes.

La reflexión anterior surge luego de publicarse hoy en el Diario Oficial de la Federación la, considero, eliminación de siete organismos autónomos, entre ellos el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai), y los 32 organismos garantes estatales, como el Itei, en el caso de Jalisco. Escribo “eliminación” porque se trató de una decisión impositiva, forzada, apresurada, promovida por el gobierno federal y Morena y sus aliados, a pesar de las críticas vertidas ya no solo de los partidos opositores, sino de académicos, periodistas, organismos defensores de derechos humanos, especialistas, agrupaciones diversas y analistas, que cuestionaron la medida. Para “aniquilar” (que uso como sinónimo de “eliminar”) al Inai he escuchado básicamente dos argumentos: por excesos o corruptelas de consejeros y por duplicar funciones, ambos corregibles por diferentes vías, sin llegar al extremo de aprobar que el pronóstico es que se atentará contra el derecho a la información.

Un tercer argumento no explícito es que no es posible desconfiar en quienes, se asume, tienen la razón por ser los “buenos” de la historia, los del voto mayoritario, en los que se puede confiar a ojos cerrados, porque sus principios son no robar, ni traicionar al pueblo. Solo que decir algo no implica que se haga, lo cual es una contradicción propia del ser humano, pero acentuada en los políticos y en quienes ejercen el poder. La transparencia no se ha instaurado como práctica institucional ética y política.

Ante la eliminación del Inai y el Itei resalta el Compromiso Jalisco. Por el Derecho de acceso a la Información, que se dio a conocer este domingo en el Pabellón de la Transparencia de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara. Lo suscriben 17 representantes de universidades, instituciones, organizaciones de la sociedad civil y académicos, entre otros, que continúan el camino andado en Jalisco desde principios de este siglo en pro de ese derecho humano. Y que se comprometen a cinco ejes de trabajo, uno de ellos, “diseñar mecanismos e instrumentos que preserven el derecho de acceso a la información, así como la protección de datos personales”. Hay propuestas, diálogo y espíritu colaborativo.

X: @SergioRenedDios

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