Tendremos días críticos en la recolección de basura en los siguientes tres meses, mientras el nuevo mecanismo de recolección entra en operación de manera normal en Guadalajara.
Esta es una oportunidad para no sólo quejarnos porque no “pasa el camión de la basura”. Debemos cambiar el concepto de “basura”, tanto ciudadanos como autoridad, por “gestión de residuos”.
En el ranking de 38 países que procesan su basura, México está en el lugar 35, procesando solo 3.6 por ciento, que contrasta con Corea de Sur, que procesa el 60. Cada habitante del Área Metropolitana de Guadalajara genera en promedio 1.33 kilos de basura cada día, y se recogen diariamente en nuestra metrópoli 10 mil 800 toneladas por día.
La basura que genera la urbe en un año llenaría casi 10 veces el Estadio Jalisco. Esta semana terminó la concesión de la recolección de basura que en los pasados años ha tenido la empresa Caabsa en Guadalajara.
Es factible que Guadalajara se enfrente a unos días críticos con la recolección de basura, mientras el nuevo mecanismo entra en operación de manera normal. Durante meses se hizo el intento de que los municipios de la Zona Metropolitana de Guadalajara, como Zapopan, Guadalajara, Tonalá, Tlaquepaque y Tlajomulco de Zúñiga, se pusieran de acuerdo para entre todos tener el mismo modelo de este servicio público. Pero no se logró.
El ayuntamiento es primer responsable del servicio de recolección, traslado y tratamiento (reciclaje) de la basura que se genera en la ciudad. Sin embargo, somos todas y todos corresponsables.
Están en primer lugar los empresarios “promoventes” de generación de basura, es decir, quienes ofrecen sus productos con material no reciclable y cobrando ese material en lo que nos venden, como empaques de cartón, de plásticos (como pet, unicel), vidrio, metales (aluminio), etc.
En segundo lugar, estamos nosotros, los ciudadanos, los consumidores que desechamos el material con el que adquirimos productos, cuando no reusamos, no reciclamos y abusamos en el uso de materiales.
Hay productos “desperdiciados” que podrían “aprovecharse”, como residuos orgánicos de frutas y verduras para hacer composta, por ejemplo, y que sencillamente los tratamos como basura; aparte están desechos orgánicos biológicos, como las heces fecales de mascotas, que mezclamos con residuos orgánicos aprovechables.
Esta es una oportunidad para tomar conciencia, tanto empresarios, ciudadanos y autoridades, y no quedarnos con el “qué hacer con la basura” y sólo quejarnos porque no pasará el camión de la basura.
Tenemos la oportunidad de tomar conciencia que todos los involucrados con la basura somos responsables y que requerimos una nueva cultura sobre lo que supone la llamada “basura”, y pensar en cómo gestionar los residuos que generamos en nuestros hogares.
La acumulación de residuos es un problema mundial. El consumo excesivo ha provocado que se dificulte su gestión y reciclaje, lo que ocasiona graves daños al medio ambiente.
Debemos sensibilizarnos de que somos parte de la solución contribuyendo en esta navidad a no generar más basura con la envoltura de regalos, que solo se usa unas horas.
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