Este lunes, los presidentes Donald John Trump y Claudia Sheinbaum Pardo llegaron a un acuerdo temporal para evitar la imposición de aranceles de 25 por ciento a las exportaciones mexicanas hacia Estados Unidos. A cambio, México se comprometió a desplegar 10 mil miembros de la Guardia Nacional en la frontera norte para atender las preocupaciones estadounidenses en temas de seguridad y migración.
La importancia de este acuerdo se explica por el papel crucial que las exportaciones tienen en la economía de México. Estas representan aproximadamente 35 por ciento del producto interno bruto y 80 por ciento de ellas tienen como destino Estados Unidos (según datos de 2023). De haberse implementado los aranceles de Trump, la carga fiscal estadounidense habría representado 7.2 por ciento del PIB nacional.
Los aranceles estadounidenses habrían tenido un impacto severo en sectores clave como el manufacturero, que constituye más de 88 por ciento de las exportaciones nacionales. Industrias como la electrónica, la automotriz y las autopartes habrían sido las más perjudicadas, dadas su alta integración en las cadenas de suministro internacionales.
Los aranceles, además, habrían impuesto cargas fiscales diferenciadas en el país. Estados más dependientes de las exportaciones, como Chihuahua, Coahuila y Baja California, habrían enfrentado las mayores cargas. En el caso de Jalisco, las exportaciones representan aproximadamente 25.7 por ciento de su PIB. Su carga, por tanto, habría sido alrededor de 6.4 por ciento de su PIB.
A nivel nacional, la imposición de aranceles habría provocado una reducción en las exportaciones totales, generando un deterioro adicional en la balanza comercial. Este deterioro habría tenido repercusiones negativas en la producción y el empleo, agravando la desaceleración económica actual e incluso aumentando el riesgo de una recesión.
Por estas razones, el acuerdo Trump-Sheinbaum es un triunfo temporal para México. Su alcance está limitado únicamente a un mes. Su continuidad dependerá de que México cumpla con los compromisos establecidos en materia de seguridad y migración. Dentro de un mes, en marzo, la incertidumbre económica y financiera podría resurgir si no se alcanzan resultados concretos.
En este contexto, el próximo mes es probable que Trump proponga las condiciones que definirán las nuevas relaciones económicas entre México, Estados Unidos y Canadá. Dado su objetivo de reducir el déficit comercial estadounidense, que en 2024 superó 4.2 por ciento del PIB, es previsible que busque imponer nuevas restricciones comerciales con sus socios comerciales.
En mi opinión, los acuerdos estadounidenses recientes son un preludio para la renegociación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC). Ante este escenario, México tiene un mes para replantear sus objetivos y estrategias comerciales internacionales. México tiene el desafío de proteger su economía y de adaptarse a la dinámica proteccionista de la nueva administración estadounidense.
*Economista e investigador de la UdeG
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