Por los siglos de los siglos. Am�n

2025-02-05 06:00:00

El amor es el discurso inherente en la consulta, ya sea porque lo haya o por su contrario. Tal parece que, como diría Sor Juana Inés de la Cruz, “el amor es como la sal: dañan su falta y su sobra”. En el amor como en la vida, no se puede hacer mucho más que “estar”, pero no por una atribución o un acto tiránico del destino. Conviene que valga el esfuerzo de la elección, una vez que eliges estar, no hay vuelta atrás. A partir de ahí se requerirán dosis de ingenio, templanza y algunas noches obscuras.

El amor siempre ha sido un misterio. Los personajes espirituales lo prometen simple y recomiendan que debe dejar de lado el juicio sobre el otro, en donde sólo hay posibilidad de amar y debe tomarse a ese otro tal cual es. ¿Es posible amar sin hacer jamás algún juicio? Lo que hay detrás de los actos humanos resulta en sí un encanto como para permitirnos pensar que siempre podríamos ir en línea recta o al menos no de manera permanente. Qué sorprendente es el amor en todas sus formas. Qué hazaña esa de amarnos. Confluyen sobre el amor tantas realidades como seres sobre la tierra.

Para los filósofos el amor es el camino. El conjunto moral en su plena perfección. El sentimiento de propiedad. Es desear ser amado por el otro. Es el ascenso. Lo divino. La voluntad. La carencia. Es una práctica social. Es la fe incondicional hacia el otro. Es entonces también el eterno retorno, una sugerencia de la repetición infinita de los acontecimientos. Desafía la visión lineal del tiempo y nos invita a replantearnos nuestra existencia. Vaya osadía la de aquellos que se permiten amar.

Tal parece que los políticos siempre comprenden muy poco, ellos son expertos en el amor a sí mismos y quizás sólo dan cuenta del Otro hasta que su aparente contribución por otros seres implica una ayuda para sí mismos. El amor es la materia base de nuestros poetas. Su forma de mirar el amor es la más incómoda nostalgia y la más agridulce melancolía. Para los poetas el amor es la niebla por la mañana, es dos que se miran, es un viaje con agua y con estrellas, es la revelación de la libertad ajena, es un transgresor, es la locura del enamorado que quiere volver.

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