Como parte de la Jornada Global: ¡Justicia para Samir Flores Soberanes!
No solo en EU hay gobernantes obscenos. Los hay en todas partes. Los de Jalisco y México son aquellos que insisten en el uso de tecnologías sucias y no sustentables, así como en su pretensión para profundizar el exterminio social y ambiental que iniciaron hace más de medio siglo en la cuenca del río Santiago.
Es mucha la población humana y no humana que, gracias a ellos, ha sido dañada en su salud. Todos quienes habitamos en las cercanías del río Santiago, del lago de Chapala y de la laguna de Cajititlán estamos en riesgo de ser afectados por la infame contaminación de estos cuerpos de agua.
Muchas vidas deben el progreso y el desarrollo capitalista. Pero su voracidad no tiene límite. Quieren más y más dinero y nos les importa ni preocupa los daños que causan. Argumentan que siguen llevando el progreso y el desarrollo, cuando en realidad han llevado la muerte y la devastación de estos y otros bienes naturales comunes.
Así, cuando escucho las palabras planta termoeléctrica, de inmediato vienen a mi memoria los casos del Plan Integral Morelos que contenía una planta de ese tipo contra la que lucha la Asamblea Permanente de los Pueblos de Morelos y por lo que asesinaron a Samir Flores Soberanes, el 20 de febrero de 2019 durante el gobierno de AMLO.
Y también la termo que desde 1982, con sus emisiones de dióxido de azufre ha contaminado el puerto de Manzanillo, dañando la salud de la población con infecciones respiratorias, asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), exterminando diversas especies marinas y vegetales.
La historia de la termo que se proyecta en Juanacatlán nos traslada a 2019, cuando se intentó por vez primera, pero la firmeza de los pueblos de Juanacatlán y El Salto logró que el cabildo se opusiera terminantemente. El ex gobernador Enrique Alfaro, dadas sus diferencias aparentes con AMLO, aprovechó para aparecer como paladín ambientalista.
Los desarrolladores no descansan en sus afanes, pero, igual que en 2019, nuevamente los pueblos de Juanacatlán y El Salto, destacadamente las mujeres, les exigieron, de frente, sin bajar la mirada, a la presidenta municipal Ana Vergara y algunos de los regidores que asumieran una posición clara contra la termo. Les aconsejaron, si Lemus les habla de la termo, ustedes díganle que primero el río, que el pueblo manda y que los gobernantes son nuestros servidores.
Con la garganta llena de molestia y enojo, enfatizaron que el único megaproyecto que necesitan es la restauración del río Santiago y no más industrias que sigan atentando contra la salud de sus hijas, hijos y las generaciones futuras. Que mejor les envíen hospitales y universidades. Industrias sobran y todas fueron llevadas por gente de fuera, con mucho dinero, que nunca ha percibido los malos olores y mucho menos han sentido afectada su salud ni la de sus familias. Y todas ellas fueron instaladas con el artilugio del progreso, el desarrollo sustentable y el bienestar, cantaleta que siguen reproduciendo a pesar de las evidencias del desastre ambiental que han causado.
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