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TRABAJO. Para llegar a las conclusiones sobre la importancia de los tatuajes en los procesos de identificaci�n se analizaron 2 mil 198 cuerpos de personas fallecidas sin identificar en Jalisco. (Foto: Michelle V�zquez)
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Dentro del artículo científico La identificación de personas fallecidas en México – retos actuales y potencial de los tatuajes, publicado este año en la Revista Mexicana de Medicina Forense, especialistas llaman a potenciar el uso de tatuajes en la identificación de cadáveres.
Franziska Holz, Valentina Birne, Sophia Schof, Andreas Tomas Muller y Cristoph Gerhard Birngruber, de la Universidad Goethe de Frankfurt am Main; Gabriela Guadalupe Carrillo Núñez y Eddie Gibson Martínez Peña, de la Universidad de Guadalajara (UdeG), y Gustavo Quezada Esparza y Alejandro Axel Martínez Rivera, del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF), documentaron los tatuajes presentes en 2 mil 198 cuerpos de personas fallecidas sin identificar en Jalisco.
De esa cantidad, el 46.6 por ciento de los cuerpos masculinos y el 37.6 por ciento de los femeninos tenían al menos un tatuaje, es decir, mil cuerpos tenían tatuajes, casi la mitad.
“El promedio de edad fue de 34 años, siendo el menor un joven de 15 años y una mujer de 87 años la de mayor edad. El grupo de edad que presentó mayor frecuencia de tatuajes fue (el de) entre los 20 y 29 años, con un 61% de hombres tatuados y un 67.2% de mujeres tatuadas”.
Los investigadores también encontraron que, de los tatuajes presentes en los cuerpos, sólo el 7 por ciento en hombres y el 2 por ciento en mujeres fue irreconocible, por lo que concluyeron que, al ser un elemento individualizante, los tatuajes pueden ser efectivos para acelerar los procesos de identificación.
“En particular, el hecho de que encontraron que el 81% de cuerpos tatuados tenían al menos un tatuaje que contenía letras/palabras o números/fechas podría facilitar la identificación post mortem”.
No obstante, este método representa retos para las autoridades. En primer lugar se requiere la generación de bases de datos amplias, detalladas y homologadas tanto ante como post mortem; por ejemplo, no basta con registrar que una persona desaparecida tiene un tatuaje de una rosa en alguna parte de su cuerpo, ya que también se requiere un mecanismo más robusto con, incluso, fotografías.
A pesar del panorama descrito, en el documento se establecen las bases para generar una metodología de registro y clasificación que permita homologar bases de datos y, en un futuro, contar con elementos para emplear los tatuajes como método de identificación.
“Esta clasificación está basada en el uso de 11 palabras claves usando los temas más comunes observados: 1) Letras/números, 2) Humano, 3) Planta, 4) Símbolo (religioso), 5) Símbolo (otro), 6) Animal, 7) Objeto, 8) Fantasía/Demoníaco/Cómico, 9) Tribal/Ornamental/Geométrico, 10) Otro, 11) No reconocible”.
Los especialistas precisan que los métodos actuales basados principalmente en las confrontas de ADN generan una sobresaturación del personal y de los recursos disponibles. Además, resulta complejo emplear la odontología forense, ya que en México no se obliga a los dentistas a resguardar los expedientes médicos y, por lo tanto, no hay con qué confrontar los resultados. De ahí la relevancia de abordar la identificación por medio de tatuajes, pero con metodologías claras y homologadas.
Colectivo informa 2 localizaciones tras acciones de búsqueda en vida
El colectivo Luz de Esperanza informó que a través de las acciones de búsqueda en vida que realiza, como la pega de cédulas y exploraciones nocturnas, se localizó a tres personas que contaban con cédula de desaparición.
Una localización ocurrió luego de la pega de cédulas realizada el domingo 16 de febrero y dos más se registraron durante la búsqueda nocturna realizada el pasado miércoles.
“Al parecer hubo dos coincidencias, o sea, dos positivos en personas que estaban en situación de calle y tenían reporte de desaparición. Esto siempre es bueno porque se le da tranquilidad a una familia que los hacía en otra situación y aparte, poco a poco, se logran maximizar los resultados, es decir, los insumos de búsqueda y de investigación; estas personas no necesariamente están desaparecidas a consecuencia de un delito, entonces eso aporta a que los esfuerzos se focalicen en que son las consecuencias de un delito”, explicó el vocero del colectivo, Héctor Flores González.
Como parte de las mismas acciones de búsqueda en vida, este domingo las familias del colectivo colocaron alrededor de 2 mil cédulas de búsqueda en las inmediaciones de la avenida 16 de Septiembre, en el Centro tapatío.
“Vamos a continuar con los trabajos de difusión, como siempre exigiendo al gobierno, a los gobiernos, una difusión digna de todas las personas desaparecidas, que no se ha dado y esperemos que en algún momento que con esta apertura que hay por parte del Ejecutivo se pueda lograr”, agregó. Nancy Ángel
jl/I
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