Aunque aún no ha concluido la liquidación de dos partidos políticos locales que perdieron su registro en el pasado proceso electoral, Futuro y Hagamos, ya hay otros siete que buscan lo mismo.
Cambiar de agrupación política a partido político es una odisea que parece fácil, pero que muy pocos han logrado conseguir porque se requiere mucho trabajo de campo y dedicación.
Lo más difícil en estos tiempos es convencer a la gente para que se conviertan en militantes de un nuevo partido político y que los apoyen en las asambleas indispensables para conseguir las firmas que les garantizarían contar con el porcentaje mínimo de electores por distrito o por municipio. Nada fácil.
Ayer los consejeros electorales dieron el aval a siete agrupaciones políticas para empezar este camino para convertirse en partido político y desecharon las intenciones de otras cinco.
Tienen todo este año para organizarse, realizar sus asambleas y esperar estar listos en enero del próximo año para llevar a cabo la solicitud de registro. La meta es ser partido político para julio del 26.
De ser así podrían recibir prerrogativas para el próximo proceso electoral en 2027, que quizás sea su principal motivación.
Lo que llama la atención es el número de solicitudes para convertirse en un nuevo emblema de votos cuando el estado enfrenta muchas situaciones riesgosas que seguramente los pondrán a prueba.
Ni Hagamos ni Futuro quisieron repetir esta hazaña, simplemente se descartaron y no iniciaron ningún proceso para intentar regresar como partido político, sobre todo sorprende de los integrantes del partido llamado “del arbolito”, que durante un sexenio buscaron posicionarse, y que lo perdieron todo al momento de aliarse con Morena.
Lo único que les queda es la lucha individual por mantenerse en cargos públicos porque perdieron el prestigio ganado frente a la sociedad lo dinamitaron, y parece que entendieron el mensaje que ya no eran lo mismo.
En el caso de Hagamos, este partido político udegeísta, también decidió mantenerse fuera y dejar que los frutos políticos provengan de la alianza con Morena y buscar en lo individual colocar a sus cuadros sin tener que estar aceitando una estructura partidista que conlleva un desgaste político y físico difícil de sostener.
Lo cierto es que no se necesitan más partidos políticos en la boleta porque hasta sobran de los ya existentes, pero siempre hay nuevos grupos que buscan influir; algunos logran mantenerse un trienio y al siguiente desaparecen.
¿Cuántas de estas siete agrupaciones lograrán su cometido? Si somos pesimistas diremos que ninguna, y si somos optimistas diremos que sólo una.
El camino arrancó ayer con la autorización electoral y cuando menos deben reunir 17 mil 250 militantes para que sea una realidad y lograr tener presencia en los municipios donde la inseguridad pública está a flor de piel y donde la gente tiene miedo de contender.
Hay que ser sinceros, lo único que buscan son recursos públicos y poder, y quizás por eso vale la pena luchar por todo.
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