Lo incierto como certidumbre

2025-03-10 06:00:00

En esta semana comenzamos una nueva cuenta regresiva que tiene como término el 2 de abril próximo. En el proceso de las negociaciones por la entrada en vigor de los aranceles, marcada como fórmula de presión por parte del presidente de los Estados Unidos contra el gobierno mexicano bajo la lógica de que los aranceles marcarían una forma de actuar con más celeridad y resultados positivos en el tema de la contención migratoria y del tráfico de fentanilo que adquieren en cantidades industriales los consumidores estadounidenses y cuya responsabilidad la endosan allende la frontera sur de ese país.

En el curso de la amenaza precedente, en febrero, el gobierno mexicano dio muertas inequívocas de un progreso sustancial en los dos rubros en conflicto, agregando una expulsión de 29 mexicanos y, recientemente, uno más, hacia los Estados Unidos. La evaluación, de la cual el sinodal supremo no implica solamente a México, sino también está incluido Canadá, con lo que la estratégica alianza que se firmó de 1994 hasta nuestros días, había logrado una interacción importante y creciente, asunto que Donald Trump desconoce profundamente. Los esfuerzos de ambos países no fueron suficientes desde la perspectiva presidencial y se activaron los protocolos de la vigencia de los aranceles. Una negociación extraordinaria y urgente, puesta en funcionamiento por las presidencias de los dos países “aliados”, rindió algunos frutos relativos.

Lo no declarado como antesala de esta negociación diplomática fue la protesta airada de los empresarios, industriales e inversionistas norteamericanos. La industria automotriz y las empresas asociadas a la producción de automotores se vieron gravemente lesionadas por el tema de los aranceles. La integración deslocalizada de los mercados y la interacción en la producción que lleva más de 40 años en funcionamiento, encendieron sus botones de alarma arancelaria. Donald Trump, que conoce el funcionamiento de los casinos, pero no de la economía, ni local ni internacional, asestaba, sin saberlo, un golpe a la economía profunda de su país. De forma que accedió a otorgar otro mes de gracia en la entrada de los aranceles.

La proyección económica en esas condiciones resulta poco menos que incierta y, donde lo único cierto, hasta el momento, es la incertidumbre. Aquí, el domingo 9 de marzo se convocó, antes de conocer los resultados de las negociaciones, a una manifestación multitudinaria para apoyar a la presidenta que, por cierto, fue ignorada por la cúpula morenista por estar haciendo selfis.

Urge la revisión de las condiciones de la proyección de la economía nacional. Antes del impase arancelario veía solamente tímidos pasos hacia una recuperación razonable. Sin embargo, este momento, que no tiene ningún componente comercial, sino político, debe marcar un ritmo diferente y metas considerables para robustecer el escenario del relanzamiento de la economía. De igual forma, el trabajo de cabildeo, así como uno de comunicación política en los Estados Unidos, se impone, entre otras varias líneas, como ejes de trabajo que se debe realizar. Reconducir el desarrollo en México constituye el eje fundamental de impulso de la economía y no depender, exclusivamente, del estado de humor de un impredecible Donald Trump.

[email protected]

jl/I

 
Derechos reservados ® ntrguadalajara.com