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OBRA. La pieza de casi una tonelada habita sobre la banqueta de avenida Ju�rez-Vallarta, por fuera del Museo de las Artes (Musa). (Foto: Grisel Pajarito)
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Una gigantesca cabeza caída, con los labios abiertos, el cabello desaliñado, la nariz pronunciada y de casi una tonelada habita sobre la banqueta de avenida Juárez-Vallarta, por fuera del Museo de las Artes (Musa) de la Universidad de Guadalajara (UdeG).
Del artista michoacano Javier Marín, Cabeza vainilla, pieza que alcanza una extensión de hasta 7 metros y que fue creada mediante la fundición de bronce a la cera perdida, forma parte de la serie De tres en tres, la cual se estrena en solitario en Guadalajara para ser admirada por los transeúntes de dicha vialidad.
“Me encanta que la pieza esté en el museo, pero también en un espacio exterior, me gusta mucho que cualquier persona pueda acercarse a la escultura porque siempre digo que es muy interesante el público que es culto, que entiende de arte y que a lo mejor es especializado en el tema y la gente que no tiene ni idea o que ni siquiera se lo espera, que nunca pensó en adentrarse a un museo y que va en su recorrido habitual y de repente se lo encuentra ahí, eso me gusta muchísimo”, comentó Javier Marín en entrevista.
Con diferentes formas de interpretación y visiones que ha recibido sobre su obra, Marín explicó que el diálogo que provoque Cabeza vainilla será libre, ya que él pondrá 50 por ciento y el resto, la gente. “Mientras más personas la vean, la pieza, según yo, se enriquece, adquiere peso y muchas historias”, de manera que al terminar cada una de sus obras “responden a una idea, pasa el tiempo y a lo mejor acaban teniendo un significado diferente porque la gente que las ve les da una interpretación que las hace tener mucho peso”.
A pesar de que no le gusta compartir bajo qué pensamiento arma las esculturas, el artista confesó que Cabeza vainilla responde a las “cabezas derribadas” que tienen que ver con “la idea de filosofías, religiones, formas de pensar y que van quedando en desuso ciertas filosofías y que a lo mejor tienen que ver con líderes tal cual”, las cuales se derriban y con ello las ideas que pronunciaban.
La preocupa la violencia
En una reflexión sobre la violencia que existe en su estado, Michoacán, Javier Marín aseguró que no es un tema exclusivo del mismo, sino de todo el país y del mundo.
“Este momento de violencia y de locura, de desequilibrio no es exclusivo de mi ciudad ni de mi estado ni en mi país, está sucediendo a nivel de humanidad y sí, me da nervios y me preocupa”; por ello, consideró que el arte puede llegar a sensibilizar a la sociedad para entender y sentir al que está al lado.
“El arte es una forma de comunicarnos con gente que a lo mejor vivió momentos distintos a nosotros en otras épocas y seguimos conectando, sintiendo a partir de la obra. En ese sentido el arte te sensibiliza al de junto, te identificas, no quieres hacerle nada, nada malo, entonces el arte es un buen camino para crecer como seres humanos y ser diferentes”, apuntó.
HJ/I
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