Cambia visi�n en sacrificios del Templo Mayor

2016-01-11 21:53:00

Estudio. El an�lisis de Alan Barrera Huerta revela que no s�lo son prisioneros de guerra los sacrificados, sino habitantes de la regi�n. (Foto: Notimex)

El arqueólogo Alan Barrera Huerta realizó análisis de isotopía de estroncio a restos óseos asociados a ofrendas consagratorias de las etapas 4 y 7 del Templo Mayor, para profundizar en el conocimiento sobre el sacrificio humano en Tenochtitlan.

Los análisis revelan que no todos los individuos sacrificados eran cautivos de guerra, como indican las fuentes históricas, sino que vivían en la Cuenca de México, donde habían habitado por lo menos seis años, informó en un comunicado el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

El especialista, reconocido con una Mención Honorífica en los Premios INAH 2015, en la categoría de Tesis de Licenciatura en el rubro de Arqueología, desarrolló la investigación Isotopía de estroncio aplicado a material óseo humano localizado en ofrendas del Templo Mayor de Tenochtitlan.

En dicho estudio se indica que los individuos no fueron inmolados al momento de su llegada y que eran originarios de los territorios hoy ocupados por Tula, Hidalgo; los Altos de Chiapas; los Valles Centrales de Oaxaca, la península de Yucatán y la zona norte del centro del país.

El análisis de isotopía de estroncio permite identificar el lugar de procedencia de personas migrantes a través de la huella que deja en el tejido óseo la concentración de minerales propios de su lugar de origen, entre los que se encuentra dicho material.

"Los huesos cambian su composición mineral entre seis a 10 años de vivir en una determinada región y de acuerdo con la alimentación varía la firma isotópica, pero los esmaltes dentales que se forman en la vida intrauterina no se vuelven a modificar, por lo que esa huella se queda de forma permanente, aunque las personas cambien de residencia", indicó el especialista.



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