|
(Foto: CC)
|
Aunque China conserva la imagen del paraíso de la mano de obra barata, los ingresos de los obreros manufactureros del país asiático ya superan a los de los mexicanos.
La diferencia salarial entre los dos países es de 42.7 por ciento en contra para los trabajadores nacionales, concluyó un análisis del Grupo Financiero Banorte-Ixe. Esto implica que por cada 100 pesos que gana un mexicano, en promedio un chino recibe casi 143.
En 2015, el salario anual de un obrero chino era de 9 mil 745 dólares en promedio, es decir, 173 mil 200 pesos al año ó 14 mil 433 pesos mensuales. El sueldo de un mexicano fue de 6 mil 829 dólares, equivalentes a 121 mil 372 pesos al año, alrededor de 10 mil 110 pesos al mes.
Así, mensualmente, los obreros asiáticos ganan hasta el equivalente a 4 mil pesos más que los mexicanos.
Expertos aseguran que la mayor brecha salarial entre México y China se debe, del lado asiático al aumento de la productividad en ese país. Mientras, por la parte nacional, hacen falta estrategias que promuevan al sector industrial y la inversión en innovación científica y tecnológica. También, entre otros factores, hay una deliberada flexibilización laboral que abarata los costos y reduce los salarios.
Así, la mano de obra mexicana se consolida como una de las más baratas del mundo. Un empleado mexicano gana promedio 6.82 dólares la hora, por debajo de países latinoamericanos como Brasil o Argentina, y muy inferior a naciones de la zona Euro con graves crisis económicas en años recientes, como España y Grecia.
Flexibilidad
Antonio Ruíz Porras, coordinador del Doctorado de Estudios Económicos del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA) de la Universidad de Guadalajara, explicó que “los salarios mexicanos, desde hace más de 20 años, han venido perdiendo poder adquisitivo, en buena parte porque se han flexibilizado las políticas de contratación”.
“Los salarios y los empleos en México eran mucho más estables que ahora, y eso cambió de manera deliberada, con el objetivo de flexibilizar el mercado laboral. Esto, en la práctica, ha reducido los salarios”, mencionó.
China también ha desarrollado la industria local, lo que permite mayores crecimientos salariales de sus trabajadores, aseguró Ruíz Porras.
Por su parte, Luis Ignacio Román Morales, profesor investigador del Departamento de Economía, Administración y Mercadología del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), recordó que en los años 80 México tenía salarios “significativamente superiores a los chinos”.
“La tendencia ha sido muy fuerte hacía una mejora en el poder de compra de los salarios de China, y a un deterioro y estancamiento del poder de compra de los salarios en México”, resumió.
China decidió dar un vuelco hacia su mercado interno y el apoyo al sector científico y tecnológico, mientras que México se olvidó de desarrollarlo y apuesta a depender de una atracción de inversión que suele ser inestable, por las dificultades económicas internacionales.
“Lo que China estuvo haciendo durante décadas, al menos desde los 90, fue ir generando procesos importantes de investigación y desarrollo internos. Al igual que Japón o Corea del Sur, empezó como una economía esencialmente maquiladora, pero no para quedarse como tal, sino que impusieron condiciones con la participación del Estado para desarrollar capacidades tecnológicas internas”, explicó Román Morales.
Ventaja competitiva
“La productividad de la mano de obra mexicana ha permanecido relativamente estática, y el precio se ha venido depreciando en términos reales frente al dólar”, explicó Alejandro Cervantes Llamas, economista senior de Banorte-Ixe, quien encabezó el estudio, que forma parte de un análisis sobre las perspectivas económicas generales para México en 2016.
La tasa de crecimiento salarial anual, en los últimos 10 años, es de 17.5 por ciento promedio en China, mientras que México maneja una alza anual de 1 por ciento.
Para Cervantes, la apertura china al comercio internacional fue la clave de que los salarios se incrementaran en el país asiático.
“En el momento en que China entra a la Organización Mundial del Comercio en 2002, las condiciones de mercado fueron más competitivas para que muchas empresas invirtieran en el país asiático”, mencionó el directivo.
Cervantes opinó que los bajos salarios que ganan los obreros mexicanos son, paradójicamente, una gran oportunidad para atraer inversión extranjera que, a la larga, puede derivar en un crecimiento salarial.
“Uno de los principales costos operativos de las empresas son los salarios. Dado que en México, medidos en dólares, los salarios son sumamente bajos, es sumamente rentable para una empresa extranjera establecerse en nuestro país y producir bienes. Es la mejor ventaja competitiva que tiene México ahora”, analizó el economista senior de Banorte-Ixe.
“Si podemos aprender algo de la economía china es que las inversiones extranjeras destinadas al sector manufacturero en un país emergente con ventajas competitivas derivan en un crecimiento de los salarios”, aseguró Cervantes.
Contra el argumento de siempre
Uno de los argumentos que más esgrimen autoridades y organismos empresariales para explicar el estancamiento de los salarios en el país es el de la falta de productividad, es decir, el aumento de lo producido respecto a los medios empleados.
Sin embargo, en México, la productividad creció a más velocidad que los salarios y “ello se refleja en la reducción de la participación de la renta del trabajo en la renta nacional desde principios de los años 2000”, afirma el Informe Mundial sobre Salarios 2014/2015. Salarios y desigualdad de ingresos de la Organización Internacional del Trabajo.
De hecho, en México el salario real se redujo tanto en 2012 (-0.5) como en 2013 (-0.6), de acuerdo con el organismo internacional. Gabriel Orihuela
DN
|