Hace poco más de un mes, el 16 de marzo, escribí en este espacio sobre el hito histórico que representó que se aceptara en el Congreso la propuesta de la ley 3de3, una iniciativa ciudadana para aumentar la transparencia de los servidores públicos e incrementar el castigo por actos de corrupción, después de que superara más de cinco veces el mínimo de firmas necesarias para ser aceptada… Más de 630 mil mexicanos la firmamos, el equivalente a toda la población de la ciudad de Querétaro.
La coalición que impulsó la iniciativa, que concentra a más de 50 instituciones de la sociedad civil lideradas por Transparencia Mexicana y por el Imco, ha seguido luchando también por ser parte del proceso de discusión de la ley en el Senado, en el marco de la legislación completa del Sistema Nacional Anticorrupción.
Este proceso ha tenido sus altibajos que hacen ver que entre los legisladores hay algunos dispuestos a abrirse al cambio que piden los ciudadanos y otros que no parecen querer tomarse en serio lo que la sociedad pide a gritos.
Cito un ejemplo de cada caso.
En el primero están los senadores del PAN, PRD e independientes, que trabajaron por hacer más incluyente el proceso legislativo del Sistema Nacional Anticorrupción.
En concreto habilitaron los principios de Parlamento Abierto a la discusión, permitiendo la participación de un grupo de expertos de la coalición de la ley 3de3 en las mesas de trabajo de las comisiones unidas de Anticorrupción, Justicia y Estudios Legislativos el 12 y 13 de abril. En otras palabras, se sentaron en una misma mesa en el Congreso los legisladores y los representantes de la sociedad civil para discutir una ley de gran interés para la sociedad mexicana… y se abrieron canales de difusión para que quien quisiera pudiera escuchar la conversación por Periscope y YouTube.
En el segundo caso están los senadores del PRI y del Verde, quienes este lunes 18 de abril decidieron no presentarse a la primera reunión del grupo técnico para analizar la ley 3de3… lo que es lamentable porque, más allá del desacuerdo que puedan tener con aspectos de la ley que deberían ser debatidos en los grupos de trabajo, lo que transmiten es un completo desinterés por una iniciativa que un grupo de ciudadanos impulsa.
¿Para quién gobiernan los legisladores priístas y verdes? Se pueden respaldar todo lo que quieran en el argumento de que están ahí porque la gente votó por ellos… pero cuando un grupo que reúne a líderes y expertos de los ámbitos empresarial, académico y social del país se moviliza para conseguir más de medio millón de firmas, y pide que se le escuche en el Congreso, no se vale hacer como si no fuera con ellos. Ignorar una petición constructiva de los ciudadanos es demostrar que sólo gobiernan para sí mismos y sus intereses.
Bien por los senadores que entienden la importancia de la participación ciudadana en una democracia moderna, mal por aquéllos que quieren perpetuar un sistema opaco del que los ciudadanos estamos hartos.
@ortegarance | /guillermoortegarance
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