Cerro del Tesoro pierde ante construcciones

2016-05-16 02:57:31

�TIL. Las �reas verdes del cerro son utilizadas por las personas para hacer ejercicio. (Foto: Grisel Pajarito)

El cerro del Tesoro es el alimento de un monstruo de filosos dientes: la urbanización.

Poco a poco, vivienda, centros comerciales y puntos de culto religioso se han ido comiendo el oficialmente llamado cerro del Gachupín, ése que comparten Tlaquepaque y Zapopan y que para muchos vecinos debería ser aprovechado para formar un pulmón.

“Cuando llegamos, todo esto estaba despoblado, en tiempo de lluvia se veía muy padre porque se veía muy verde, ahora sólo se ven casas y construcciones”, dijo Diego Pineda, quien vive en la zona.

Lo que queda de área verde es utilizada por personas que, cada mañana o tarde, salen a ejercitarse.

Ellas, las que ven en el cerro una forma de mantener su salud, pugnan por que las autoridades le inyecten recursos y empiecen un rescate de la zona.

“Casi no hay parques ni áreas con árboles, deberían de detener todo este crecimiento y ver al cerro no como un negocio, sino como una zona para los ciudadanos”, dijo Eréndira Gómez.

En marzo, el alcalde de Zapopan, Pablo Lemus Navarro, anunció la intención de proteger 7.5 hectáreas en una primea etapa, en la que se invertirían 2 millones de pesos.

Paralelo a esto, agregó que buscarán rescatar otras 7 hectáreas que actualmente están invadidas; ambas acciones se harían en coordinación con el Ayuntamiento de San Pedro Tlaquepaque.

En 1982, el cerro del Gachupín fue declarado como un área de conservación natural, cuando se aprobó el plan de ordenamiento de la zona metropolitana.

Sin embargo, la protección quedó únicamente en el papel, pues con la Ley de Asentamientos Humanos se comenzó con la construcción de viviendas.

La urbanización ha sido tal que personas que llegaron hace cinco años, hoy se arrepienten por los congestionamientos viales que padecen todos los días.

“No pensé que se fuera a poner así, por esta avenida (del Tesoro) es imposible pasar en la mañana por la cantidad de personas que salen; sí, tenemos una ventaja de que estamos cerca de Colón y está la estación, pero de verdad que es un martirio”, refirió Raúl Orozco.

El crecimiento urbano no ha ido acompañado de infraestructura ni ampliación de vialidades; las calles son las mismas y la población es el triple.

Aunado a esto, agregó Orozco, una vez que se ponga en operación a 100 por ciento el Santuario de los Mártires de Cristo, la zona será “una locura”.

“Mire, es una misa y está todo saturado, los carros están sobre la banqueta, es imposible caminar y pasar, no quiero pensar cuando ya esté todo terminado, esto será una locura”, afirmó.

Por la cantidad de vehículos que circula por la zona, las vialidades están en mal estado, pues presentan baches.

Además, los vecinos se quejan de falta de alumbrado público y otros servicios, como la presencia policiaca.

“En la noche están las calles oscuras, las reportamos, pero tardan en venir; además casi no pasa la Policía y hay rachas en las que se oye de asaltos a las personas que andan a pie que se bajan del tren, sobre todo en la noche”, comentó María Eugenia de la Cruz, vecina de la zona.

 

DN/I

 
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