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ENTREGA. La bailarina y core�grafa afirma que su vida entera fue para la danza. (Foto: Notimex)
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Para la directora, coreógrafa y bailarina mexicana Gladiola Orozco (1934) la danza es pasión, es amor y no tiene fin, así lo ha sentido y vivido desde su debut cuando tenía 15 años hasta que bajó el telón del Ballet Teatro del Espacio en 2009.
En ocasión de su libro Ballet Teatro del Espacio y sus antecedentes, memoria 1966-2009, la coreógrafa recordó que en su carrera como bailarina una de sus más gratas experiencias fue entrar por primera vez al Palacio de Bellas Artes en 1950.
“Pisar el Teatro de Bellas Artes y ver cómo la orquesta afinaba, escuchar el sonido de la agrupación, es algo que tengo como lo más bello de los recuerdos, ver el teatro, las luces fue para mí un sueño enorme”, expresó emocionada en entrevista con Notimex.
Orozco comentó que luego de su experiencia en el Palacio de Bellas Artes supo que el camino sería largo, porque eran horas, días, semanas y años de entrenamiento para lograr la calidad que pedían los coreógrafos.
“Esto se convirtió en una pasión y una voluntad de vencer, porque un músculo no se hace de la noche a la mañana, brincar, saltar y hacer todo el diseño que requiere el coreógrafo, la danza requiere todo y de alguna manera se llena de literatura, teatro y música”, afirmó la bailarina que estudió en la Escuela de Martha Graham en Nueva York.
Aunque no tuvo el apoyo total de sus padres, Gladiola Orozco logró adentrarse en el mundo de la danza contemporánea, una profesión de tiempo completo, “esa es la profesión en la que estamos de vida, de tiempo completo, de lunes a domingo, de giras y de Semana Santa; la danza no es negocio, es satisfacción y si nos gusta debe haber entrega total”, precisó.
Gladiola Orozco asegura que no sacrificó nada durante toda su carrera. “No sacrifiqué nada, para mí la tarea era cumplir con mi deber, elegí esto y si no hay dinero me voy a pie, y si no hay comida espero encontrar algo, sacrificio no, creo que es tonta que la gente que diga que sacrificó algo”.
Con Ballet Teatro del Espacio se logró una comunidad de trabajo y creación, aunque mantenerlo fue una lucha constante, señala la coreógrafa que en varias ocasiones fue invitada a Cuba como maestra consejera artística de la Escuela Nacional de Danza y del Conjunto Nacional de Danza.
También viajó como invitada oficial a la República Popular China para dar una serie de conferencias en los principales centros de danza de ese país.
HJ/I
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