Intentan visibilizar a poblaci�n callejera

Aunque aún no se tienen listos los protocolos de actuación, a partir del 19 de septiembre, el Ayuntamiento de Guadalajara pondrá en marcha el Programa para la Atención de Personas en Situación de Calle, que en una primera etapa atenderá a cerca de 300 personas.

De acuerdo a un censo realizado por el DIF Guadalajara, en el primer cuadro hay un total de mil 202 personas que se encuentran en esta condición.

En lo que resta del año se implementará un plan piloto que contará con una bolsa de 3 millones de pesos, debido a que el ayuntamiento brindará esta atención a través de los albergues que tienen en operación algunas organizaciones civiles, las cuales recibirán hasta 2 mil pesos mensuales por persona atendida.

Las bases de la convocatoria serán aprobadas hoy en sesión de cabildo, para que participen todas las asociaciones que cumplan con los requisitos; sin embargo, ya hay algunas que han mostrado interés, como FM4, Movimiento de Apoyo a Menores Abandonados (MAMA), AC; Barrios Unidos, Casa de Dios, entre otras.

En la primera etapa, el programa se aplicará en el Centro Histórico y posteriormente se extenderán a la zona del Hospital Civil y Agua Azul, a través de operativos en los que participarán cuatro brigadas integradas por 10 personas, las cuales contarán con el apoyo de la Policía municipal para atender a las personas sin techo, en situación de calle y con problemas drogas, así como psiquiátricos.

El alcalde Enrique Alfaro Ramírez aseguró que no será un operativo policiaco, sino un programa de carácter social, humanista y responsable.

Aunque destacó que se aplicarán protocolos especiales, reconoció que aún no están concluidos; sin embargo, el DIF tapatío ya cuenta con una propuesta que deberá ser revisada por las organizaciones con las que trabajará.

La participación de la Policía, aseguró, será para garantizar la integridad física tanto de las brigadas como de las personas atendidas, “para este proceso vamos a aplicar un protocolo especial, con énfasis en garantizar los derechos humanos de la población callejera”.

Evaluación

Una vez que se aplique el programa piloto, el ayuntamiento realizará una evaluación de las acciones implementadas para ampliar la zona de intervención y etiquetar recursos para 2017.

Con el reconocimiento de que las personas en situación de calle podrían migrar a otros puntos de la ciudad e incluso trasladarse al resto de los municipios metropolitanos, el alcalde dijo que es un programa que debe implementarse, y de ocurrir este fenómeno, sería necesaria la intervención del gobierno del estado y que el resto de los ayuntamientos implemente iniciativas similares para atender a la población callejera.

“Lo que vamos a hacer en Guadalajara es poner el ejemplo, para poder atender un problema que es de escala metropolitana”.

Ante esto, hizo un llamado al gobierno del estado para que invierta recursos en estas personas que se encuentran en situación de calle, “más que nosotros darle dinero a las instituciones que tendría que estar fondeando e impulsando el gobierno del estado, pues lo que hacemos es un llamado al gobernador para que atienda el problema y nos ayuden”.

Cambia el fenómeno

La calle ha dejado de ser un refugio para niños que huyen del hogar, pues éstos se han transformado en pequeños sin ley.

Rogelio Padilla Díaz, director de MAMA, AC, informó que anteriormente había corredores bien establecidos que servían de refugio para los niños que, fastidiados de la violencia de la que eran víctimas, abandonaban su casa para hacer de la calle su hogar.

"El fenómeno de niños de la calle aquí en Guadalajara se ha metamorfoseado: antes los niños que tenían una bronca en su barrio, en su familia desintegrada, el chavito ponía un hasta aquí y se fugaba de la casa", explicó.

"Ahora el fenómeno ha cambiado, ya no hay niños en la calle como antes, pero el fenómeno no ha cambiado para bien, se está dando un fenómeno que yo llamo callejeros de barrio".

En este comportamiento, que aún está en investigación, el niño se queda en su barrio, pero impone su ley, sus propias reglas y no reconoce la autoridad de los padres o tutores.

"Se está quedando en el barrio, imponiéndole a su familia su ley, 'me importa un comino lo que tú pienses de mí, mamá ojete, padrastro súper ojete, ya no te metes conmigo ni con mis horarios'".

El menor, agregó Padilla Díaz, se refugia con sus amigos, quienes forman parte de una pandilla a la que ven como su familia.

"Antes sólo pegaban carrera, ahora solamente chavos callejeros de barrio u otra banda, cuando se meten en una bronca seria con la propia pandilla es cuando salen a la calle por seguridad".

Este fenómeno, afirmó el director de MAMA, ha disminuido el número de menores que vive en la calle, pero no es sinónimo de que el problema haya desaparecido.

"Es un fenómeno que hay que estudiar, documentar y atender porque es de muchos riesgos, ya no es la calle romántica o la pandilla que defendía problemas de territorio con otra banda, hoy hay otros temas de droga, de consumo, de distribución y de bandas y de organizaciones criminales que pueden aprovechar eso".

Entre los riesgos está que la delincuencia organizada encuentre en estos chicos, lo que Padilla Díaz llamó mano de obra.

Señaló que el proceso de salvación en estos niños es largo, complicado y no siempre se tiene éxito.

Esto debido a que los menores, al estar en la calle, experimentan situaciones como la libertad y el dinero, lo que hace que el fenómeno se vuelva invisible.

"El fenómeno, cuantitativamente, se ha invisibilizado y empezó no sólo a quedarse en los barrios, sino chavos más grandes conseguían unos pesos y en lugar de quedarse a dormir en las calles, se empezaron a llenar todas las pensiones de mala muerte de San Juan de Dios a la central camionera".

Recordó que el dinero que ganan forma parte del ritual de sobrevivencia de la calle, donde entra la mendicidad, el trabajo por ratos, el robo y la prostitución.

"La calle tiene dos cautiverios: el primero es la libertad y el segundo el dinero".

Estas dos cuerdas amarran al niño a la calle y eso hace difícil sacarlo.

Cifras:

3 millones de pesos contempla el plan piloto

2 mil pesos se dará a cada albergue por persona atendida al mes

HJ/I