�Qu� est� pasando en el CETI de Tonal�?

2016-11-19 22:29:46

Ojos que no ven, corazón que no siente. Así vivimos los mexicanos con todos los temas importantes que son desplazados por los taquilleros, como la farándula, los chismes políticos, los memes, la carrilla... tenemos una infinidad de opciones para distraernos de nuestra complicada realidad por donde quiera que la veamos.

Pero hay asuntos importantes en México que algunos no desean que conozcamos, porque implica darle chamba a quienes se deben encargar de procurar la salud pública, y vaya que tienen bastante acumulada.

El tema al que me refiero es al radón, un gas que se desprende del subsuelo y tiene como precursor obligado al radio y al uranio, elementos que se encuentran naturalmente distribuidos en la superficie terrestre y, al desintegrarse, suben a la superficie en forma de un gas incoloro, inoloro e insípido, imperceptible para cualquiera. Ése es el radón.

No es un gas flamable sino radiactivo que se integra a las partículas de la atmósfera y, por ende, es respirable para quienes aquí en la superficie hacemos nuestra vida. A pesar de lo inadvertido que pasa para todo mundo, este gas se posiciona como la principal causa de cáncer de pulmón entre aquellos que no fuman, mientras para quienes sí consumen tabaco, el radón es el segundo factor de riesgo para padecer la enfermedad. Así lo establece la OMS a nivel global.

Por su alta dispersión en el mundo hay países donde su medición es obligada. En la Unión Europea, por ejemplo, y Estados Unidos, si una vivienda no reporta concentraciones de radón por debajo de lo establecido en cada caso, pierde su valor inmobiliario simple y sencillamente porque no es segura.

Sí, imaginó bien: en México ni siquiera hay equipo para medirlo, no hay parámetros establecidos ni institución pública que tenga registrado ese nombre en su lista de responsabilidades. Aunque todos vivimos con él, los más expuestos son quienes no tienen piso en su casa, está agrietado y sin ventilación.

Pero a pesar de estas graves omisiones sí hay quienes se han interesado por registrarlo. La investigadora de la UNAM María Trinidad Martínez Castillo hizo mediciones en Guadalajara y encontró las mayores concentraciones de radón ambiental en Tonalá, más que en cualquier otra parte de la zona metropolitana.

A quien llamó la atención este dato fue a José Alfredo Ocegueda Sánchez, un estudiante de 18 años del CETI de Tonalá que en sus tres años en el campus ha visto varios casos de cáncer de pulmón en sus maestros, uno de los cuales murió. Investigó y supo de 25 casos a lo largo de los 22 años del CETI. ¿Coincidencia? ¿Cómo saber si el radón está influyendo en la epidemia sin un equipo para medir el gas?

Como pocos estudiantes innovadores, Alfredo desarrolló su propio medidor con tecnología original y consiguió que una empresa lo calibrara con estándares internacionales. Al usarlo en el CETI, encontró 215 becquereles de radón por metro cúbico de aire; la OMS advierte que por cada 100 becquereles aumenta 16 por ciento el riesgo de que una persona expuesta al gas padezca cáncer de pulmón.

La teoría de los maestros de Alfredo, quien por cierto ganó primer lugar en la Feria Nacional de Ciencias e Ingenierías con su invento, es que además del radón emitido por el suelo, la vieja infraestructura del campus podría tener materiales radiactivos fuera de norma que ahora están generando el gas y, posiblemente, enfermándolos.

Sí es importante que Aurelio Nuño aprenda a pronunciar correctamente y que la gente se lo reproche si quiere, pero es más urgente que la Secretaría de Salud, Cofepris, Coprisjal y las secretarías de Medio Ambiente trabajen para determinar la relación del radón con el cáncer en Tonalá y el riesgo en otras zonas de la ciudad, ayudados por los estudiosos que no van a esperar más muertes para moverse.

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