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DECLARACIONES. El presidente Trump, luego de emitir severa cr�tica al l�der norcoreano, viaja a Alabama a un acto de campa�a para el candidato al Senado Luther Strange. (Foto: AP)
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BEDMINSTER. El presidente Donald Trump volvió a criticar ayer al mandatario de Corea del Norte, Kim Jong-un, afirmando que “se verá puesto a prueba como nunca antes”.
“Kim Jong-un de Corea del Norte, que es obviamente un loco al que no importa matar o provocar hambre a su pueblo, ¡se verá puesto a prueba como nunca antes!”, escribió Trump en un tuit antes del amanecer, en una escalada de la guerra dialéctica que han librado ambos países en los últimos días.
El comentario del presidente de Estados Unidos respondía a un poco habitual comunicado de Kim, que calificó a Trump de “trastornado” y advirtió que “pagará cara” su amenaza de “destruir totalmente” Corea del Norte si esta ataca.
Horas más tarde de ese comunicado, el ministro norcoreano de Exteriores dijo que su país podría probar una bomba de hidrógeno en el Océano Pacífico, según medios de prensa.
Por su parte, el secretario de Estado Rex Tillerson dijo que Kim será “puesto a prueba” por las sanciones más fuertes que hayan aplicado Estados Unidos y la comunidad internacional.
Tillerson se negó a precisar cuál sería la respuesta de Estados Unidos si el gobierno de Kim ensayara una bomba de hidrógeno en el océano Pacífico. Tillerson dijo que esa decisión correspondería al presidente, pero añadió que todas las opciones militares estaban sobre la mesa.
El intercambio de insultos comenzó el jueves en el almuerzo de Trump con el primer ministro japonés, Shinzo Abe, y el presidente surcoreano, Moon Jae-in.
“El desarrollo de armas nucleares y misiles por Corea del Norte es una amenaza grave a la paz y la seguridad en nuestro mundo y es inaceptable que otros apoyen financieramente a este régimen criminal y delincuente”, dijo Trump. “La tolerancia de estas prácticas vergonzosas debe finalizar ya”.
Horas después, Kim calificó a Trump de “trastornado” y dijo que “pagará cara” su amenaza de “destruir totalmente” el norte.
Añadió que era “incompetente para ejercer la prerrogativa del mando supremo de un país”. Dijo que el presidente era “un delincuente y un gánster al que le gusta jugar con fuego”.
Trump se alía con republicano
MONTGOMERY. Donald Trump está poniendo a prueba su capital político en una elección de Alabama en la que apoya a un candidato del establishment republicano y le da la espalda a otro que es venerado por muchos de sus partidarios.
Trump viajaba el viernes a Huntsville, Alabama, para hacer campaña por el sentador Luther Srange, designado en febrero para cubrir la vacante dejada por Jeff Sessions cuando fue nombrado secretario de justicia.
El presidente brindó su apoyo a Strange el mes pasado y ayer dijo en un tuit: “Estaré en Alabama esta noche. Luther Strange ha progresado muchísimo desde que le di mi apoyo, pero será (una elección) muy estrecha. ¡Quiere mucho a Alabama y yo también!”.
“Kim Jong-un de Corea del Norte, que es obviamente un loco al que no importa matar o provocar hambre a su pueblo, ¡se verá puesto a prueba como nunca antes!”
Tuit de Donald Trump, presidente de EU
Kim contra Trump, un duelo personal
La crisis entre Estados Unidos y Corea del Norte ha pasado de ser una guerra de palabras entre países a un enfrentamiento personal entre sus mandatarios iniciado por el estadounidense a quien el norcoreano le sigue la corriente.
Déjese de lado por un momento el intercambio de insultos Hombre de Cohetes por parte de Trump, “estadounidense senil mentalmente trastornado” por parte de Kim Jong-un. Lo destacable es el tono de la respuesta de Kim en primera persona, la primera en su tipo desde el Norte, según Seúl.
La advertencia personal de Kim va dirigida directamente a Trump. A pesar de los insultos, generalmente evita los alaridos histriónicos característicos de la propaganda norcoreana al exponer una visión que resultará aterradora para buena parte del mundo.
Hace tiempo los líderes norcoreanos dejaron a la servil prensa oficial y los funcionarios de menor categoría la tarea de lanzar las amenazas de destrucción contra Washington, Seúl y Tokio. Entonces llegó Trump.
El afán del presidente de retar a Kim con un lenguaje notablemente similar al de la propaganda norcoreana alcanzó su aparente apogeo el martes cuando juró desde la tribuna de la ONU “destruir totalmente Corea del Norte” en caso de ser provocado. A esto siguió su tuit del viernes en el cual dijo que Kim era “evidentemente un loco”.
En un país donde la dinastía Kim goza de un estatus rayano en la divinidad, la decisión de Kim de entrar personalmente en el toma y daca elevó las apuestas muy por encima del nivel de propaganda antiestadounidense que llega habitualmente al común de los norcoreanos.
Es verdad que las declaraciones de Kim salieron a través del filtro de la prensa estatal. Pero es inconcebible que semejante declaración llegara al mundo sin la aprobación del líder supremo.
La declaración de Kim parece indicar la inminencia de nuevos ensayos de armamentos, una perspectiva alarmante dado que el Norte siempre está dispuesto a respaldar su retórica belicosa contra Trump con hechos.
Últimamente ha ensayado dos misiles balísticos intercontinentales que con un poco de perfeccionamiento podrían alcanzar el territorio continental estadounidense. Ha lanzado dos misiles de alcance intermedio que sobrevolaron Japón y ha realizado su sexto ensayo nuclear, el más poderoso hasta el momento.
Kim dijo que las declaraciones del presidente, “lejos de asustarme o detenerme, me han convencido de que el camino que elegí es el correcto y es el que debo seguir hasta el final”.
En la traducción al inglés algo afectada provista por la prensa estatal, Kim dijo que su país está estudiando “una contramedida correspondiente del más alto nivel de intransigencia en la historia”.
Horas después, el ministro de Exteriores norcoreano, citando la frase sobre el “más alto nivel”, dijo a la prensa en Nueva York que Kim tal vez apuntaba a un plan para ensayar una bomba de hidrógeno en el Pacífico. Ri Yong Ho no entró en detalles y dijo que nadie sabía cuál sería la decisión del líder.
Si se refería a la detonación atmosférica de una bomba nuclear, algo que no sucede desde un ensayo chino en 1980, sería una provocación extraordinaria para Washington, que elevaría las probabilidades de una represalia.
“Hablamos de colocar una ojiva nuclear armada en un misil que ha sido ensayado unas pocas veces”, dijo Vipin Narang, experto en estrategia nuclear en MIT. “Es aterrador si algo sale mal”.
Por el momento, la pequeña y empobrecida Corea del Norte ha logrado un triunfo internacional en las relaciones públicas al atraer al hombre más poderoso del mundo a una guerra de palabras directa con su líder.
Las amenazas de Trump han dado a Pyongyang lo que más desea: la oportunidad de mostrar a Kim enfrentando cara a cara a Estados Unidos.
JJ/I
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