Muy desafortunada, sin duda alguna, fue la declaración del rector de la Universidad de Guadalajara, Miguel Ángel Navarro, al calificar de “ocurrencia” la propuesta del candidato del PRI, Miguel Castro Reynoso, de crear una nueva universidad pública para dar cabida a muchos de los estudiantes que no logran ingresar a las aulas de la UdeG.
La descalificación que el rector de la segunda universidad más importante del país hace de la propuesta de un candidato al gobierno estatal no es la mejor manera de mostrar imparcialidad con esa calidad y sí, en cambio, parece que da un paso político hacia el lado al que decidió hacerse quien lo antecedió en el cargo, Tonatiuh Bravo Padilla, hoy candidato a diputado federal por Movimiento Ciudadano, y el jefe del Grupo Universidad, Raúl Padilla López: el alfarismo.
El rector de la UdeG refirió que la propuesta de Castro Reynoso partía de una probable desinformación, pues ya existía una universidad pública, el Instituto Mario Molina, que daba cabida a carreras del área tecnológica y que, por lo tanto, no es necesario crear una nueva.
Sin embargo, el anuncio del abanderado priísta hecho en su encuentro con estudiantes del ITESO despertó la alerta en los aliados políticos Grupo Universidad-Alfarista, pues a la reacción del rector Navarro vino posteriormente no sólo la declaración de Enrique Alfaro Ramírez, candidato de MC al gobierno del estado, reclamando la paternidad añeja de dicha propuesta, sino la movilización del ex rector Bravo Padilla para reunir a su candidato con los rectores de instituciones de educación superior privadas y dar marco a una apresurada propuesta alfarista de crear una red universitaria que aglutine a la universidad estatal y a las universidades privadas y que incluya el otorgamiento de becas para estudiantes que no logran ingresar a la UdeG.
Otro candidato, Miguel Ángel Martínez, del PAN, quien fue secretario de Educación en el estado y subsecretario de Educación en el gobierno federal, entró al tema al decir que desde hace 20 años existe ya esa red de universidades públicas y privadas que hoy propone Alfaro.
Pero no sólo el rector Navarro y el ex rector Bravo reaccionaron a la propuesta de Castro, sino también otro integrante del Grupo Universidad y hoy candidato del PRD a la gubernatura, Carlos Orozco Santillán –compañero de curul de Alfaro en la 58ª Legislatura-, se sumó a los críticos del candidato priísta y reclamó que en Jalisco sólo hay y habrá una universidad pública y ésa es y será la Universidad de Guadalajara. Sin duda que el planteamiento de Miguel Castro le picó la cresta al grupo padillista.
No es para menos, pues si algo reclaman miles de estudiantes –y sus familias– que no logran ingresar a la UdeG es la oportunidad de estudiar sin tener que erogar un gasto extraordinario, como es pagar una colegiatura en cualquiera de las muchas instituciones privadas de educación superior y sin duda que la propuesta de Castro Reynoso a no pocos les pareció una excelente oportunidad para no ver truncados sus sueños de contar con una carrera profesional.
Ayer Miguel Castro dio a conocer los pormenores de su propuesta de crear esta nueva universidad pública y sin duda eso ha generado preocupación dentro del Grupo Universidad, por un lado, y al interior del alfarismo, por el otro, al advertir las simpatías que dicha propuesta ha generado en la ciudadanía y a la que se suma la del candidato lopezobradorista, Carlos Lomelí, de instalar la Universidad Autónoma Morena de Jalisco, a la par de la propuesta de AMLO de desaparecer los exámenes de admisión en las universidades.
El candidato priísta, pues, marcó agenda al poner sobre la mesa un tema por demás sensible en Jalisco: el ingreso a la universidad pública. ¿Qué seguirá? Al tiempo.
ES TODO, nos leeremos ENTRE SEMANA.
JJ/I
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